La propiedad de un vehículo implica por ley un seguro que cubra accidentes con terceros y una posible responsabilidad civil.
Todos los vehículos a motor matriculados en España deben tener un
seguro obligatorio como mínimo que cubra los daños causados a terceros, objetos en la vía, gastos médicos y una posible responsabilidad civil. Y ese seguro debe estar vigente, incluso si el vehículo no circula. Vamos a repasar en qué consiste este tipo de seguro obligatorio y sus coberturas.
En España, como en la mayoría de los países, el vehículo debe circular con un seguro mínimo, el denominado ‘
seguro obligatorio’, que más allá de representar un gasto fijo y una responsabilidad adicional, significa
protección y seguridad, tanto para el conductor como para el propietario y otros usuarios de las vías por las que se mueve.
El seguro obligatorio
cubre la responsabilidad civil del conductor del vehículo frente a terceros, no los del vehículo asegurado en caso de que sea culpable en un accidente, haciendo frente a los gastos de reparación causados a otro vehículo o a la vía pública, así como posibles gastos derivados de hospitalización e indemnizaciones a los ocupantes o peatones.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta estos
tres factores por los que es necesario contratar un seguro de coche:
- Es obligatorio. Si no quieres tener problemas con las autoridades y evitar una multa por conducir sin un seguro en vigor, debes contar con una póliza para el coche, un requisito contemplado en la ley española para todos los vehículos matriculados, y no tenerlo supone un delito.
- Cubre daños causados a terceros. Si el vehículo se ve involucrado en un accidente de tránsito, el seguro se hará cargo de las indemnizaciones que corresponda a terceros afectados. Es decir, el importe correspondiente a gastos médicos o de reparación no saldrá del bolsillo del asegurado, lo que supone un gran alivio económico.
- Su cobertura es amplia, abarca incluso daños a la vía pública. Si el vehículo ocasiona un accidente de tránsito, el seguro cubrirá todos los daños que éste produzca, incluyendo reparaciones a otros coches, gastos médicos de los ocupantes involucrados y de los peatones, y además reparaciones en la vía pública (como señales de tráfico, semáforos o guardarraíles que pudieran resultar afectados). Aún cuando el coche no esté en uso deberá contar con un seguro, ya que en caso de incendio o cualquier otro incidente estará protegido.
Prevenir, mejor que lamentar
En el mercado existen diversas compañías aseguradoras con las que se puede contratar un buen seguro para el coche. El precio dependerá de muchos factores, como el tipo de coche, perfil del conductor, zona de circulación y coberturas adicionales contratadas.
Actualmente, el
precio anual aproximado de los seguros de coches es:
- Entre 19 y 450 euros para el seguro de lunas
- Entre 290 y 14.100 euros para el seguro todoriesgos
- Entre 89 y 925 euros para el seguro de terceros básico
- Entre 42 y 1.700 euros para el seguro de terceros ampliado, este incluye seguro de lunas, robo e incendio
Como se puede ver, el importe de la póliza es bajo en comparación a todo lo que habría que pagar en caso de tener un accidente de tránsito y no contar con el seguro de coche obligatorio.