La galería de 'Les Machines de l´Île'
La galería de 'Les Machines de l´Île'
Situada en los viejos astilleros de Nantes, la galería de las Máquinas de la Isla son una de las mayores atracciones de Nantes. Animales gigantescos y otras piezas increíbles se concentran en esta fábrica para el disfrute de todos los visitantes. El Gran Elefante es la obra más representativa de toda la exposición. Gracias a esta maravillosa obra de ingeniería, los visitantes pueden disfrutar de un paseo distinto por la ciudad subidos a los lomos de esta ‘bestia’. Sus más de 12 metros y 40 toneladas de peso no dejan indiferente a nadie que lo vea en movimiento. El número máximo de personas que pueden subirse es de 49. Si tienes la posibilidad de hacerlo, no la dejes pasar.
El castillo de los Duques de Bretaña
está situado en pleno corazón de Nantes y es uno de los sitios más visitados de la ciudad. Sus paredes son el compendio de miles de años de historia. Está construido en piedra blanca y rodeado por un foso de aguas claras y un jardín. También consta de una amplia muralla que tenía la función de repeler los asedios de las tropas enemigas y de numerosas ventanas para que se apostasen los arqueros. Sus almenas de pizarra negra le confieren un aspecto especial, que suele enamorar a todos los turistas que lo visitan. Entre sus muros acoge un museo que versa sobre el pasado comercial de Nantes. Pero, por encima de otras cosas, está su estilo arquitectónico genuino: el gótico flamígero. Estilo que sólo se desarrolló en esta zona de Europa.
Jardín des plantes
Jardín des plantes
Este jardín consta de unas 7 hectáreas de extensión y está situado cerca de la estación de trenes. El parque en sí no tiene nada de especial, pero si merece la pena pasarse a ver sus magníficos invernaderos. Éstos están divididos según las distintas temperaturas y regiones del mundo, destacando por encima del resto la tropical con sus orquídeas y su humedad al 65%. Os llevará únicamente dos horas hacer el recorrido completo y la entrada es totalmente gratuita. Sin duda, una de las mejores cosas de viajar a Nantes es su carácter ecológico y respetuoso con el medio ambiente.
La catedral de San Pedro y San Pablo
Fachada de la Catedral
Este recinto forma parte del Patrimonio Nacional de Francia y sus 600 años de historia marcan el pasado cultural de la ciudad de Nantes. Es una construcción de unas dimensiones considerables, pues ocupa una plaza de la ciudad que no es precisamente pequeña. Su estilo se caracteriza por ser bastante diferente al de otros templos franceses. Su fachada es de una simpleza que llama la atención y está flanqueada por dos torres. Esto contrasta con el estilo de sus bóvedas, que están exquisitamente ornamentadas. Su ubicación está muy próxima al castillo de los Duques de Bretaña. Es una de las visitas obligadas de Nantes.
La galería Pommeraye
Su inauguración data del año 1840 y une dos calles de dos barrios distintos, cubriendo 134 metros de largo y una altura de 9 metros. Desde 1976, recibe la categoría de monumento histórico. Los materiales utilizados, como son el hierro, la madera y el vidrio, confieren a este lugar un aire barroco y lleno de encanto. Pero lo que realmente marca la diferencia es su escalera. Su construcción en hierro y madera perfectamente barnizada atraen la atención de manera automática. Además, dentro de la galería hay infinidad de tiendas de grandes marcas y otros tipos de espacios que harán las delicias de todos aquellos que decidan visitarla.
¿Qué comer?
A diferencia de muchas otras ciudades francesas, la cocina de Nantes no se caracteriza por tener recetas muy conocidas. La seña de identidad más reseñable de la cocina de esta localidad es su espíritu abierto y creativo. Gracias a su salida al mar, Nantes se ha enriquecido con los sabores del mundo que tanto exploradores como navegantes han ido importando a lo largo de los siglos. Sobre todo, la cocina de Nantes está al servicio del producto local porque es abundante tanto en variedad como en calidad. Los alimentos de productores locales se pueden consumir en los restaurantes de Les tables de Nantes, una guía gastronómica de la capital y su entorno. Y, comas donde comas, pide una copa de Muscadet, el vino blanco de la zona.
¿Qué hacemos?
Es una ciudad perfecta para visitarla en bici y la razón de muchos para volar a Nantes. Tiene un recorrido de 8 km que permite admirar los puntos más importantes de la ciudad desde una perspectiva completamente distinta que si fuésemos a pie. Para ello, la empresa Detours de Loire dispone de una red de alquiler de bicis y complementos, organizan estancias en el valle del Loire, ofrecen acompañamiento bilingüe, etc. Los precios son realmente accesibles para todo tipo de bolsillos, y no es preciso devolver la bici en el punto de partida, lo que te permite seguir tu camino con el medio de transporte que más te apetezca en cada momento.