La Línea Roja
Si no sabes por dónde empezar a la hora de viajar a Hanóver, te lo pone fácil. La Línea Roja es una línea que se extiende por la ciudad uniendo los principales puntos de interés de sus calles. En total son más de cuatro kilómetros de paseo para conocer lo más destacado en apenas un par de horas. Mejor que un GPS. y recorrerás rincones como el Parlamento, construido en 1636, o la reconstruida Leibnizhaus.
Nuevo Ayuntamiento
Nuevo Ayuntamiento
De principios del siglo XX, se encuentra fuera del casco antiguo y fue dañado durante la Segunda Guerra Mundial. En su interior se pueden observar distintas maquetas de la ciudad aunque la verdadera atracción de la visita es la subida a la cúpula. Para alcanzar los cien metros de ascenso el ascensor, único de Europa, discurre por una cúpula parabólica con un ángulo de hasta 17 grados, con cambios de dirección y desplazándose en horizontal ocho metros. Además, se encuentra muy cerca el lago Maschteich, ideal para descansar o pasar tiempo al aire libre.
Casco Antiguo
El punto de encuentro local es la plaza Kröpcke o el monumento Ernst-August-Platz. Desde allí merece la pena visitar el antiguo ayuntamiento o bien la iglesia del Mercado (Marktkirche), de estilo gótico. Al norte de la estación de trenes se llega al Lister Meile, una zona comercial que invita a conocer List, uno de los barrios más bonitos de la ciudad. Son sólo algunos de los rincones del casco urbano, pero la ciudad está salpicada de zonas verdes como el Eilenriede (de los mayores bosques urbanos de Europa y zona de terrazas) o bien los jardines de la Casa Real Königlichen Gärten Herrenhausen.
Castillo de Marienburg
Situado sobre una colina, fue un regalo del rey Jorge V a su esposa y su increíble entorno lo convierten en un lugar lleno de romanticismo por su aspecto medieval y los detalles góticos. Está abierto al público a diario y además de su uso como atracción turística es también escenario de actos institucionales. Adicionalmente a la visita general, también se permite la subida a la torre para disfrutar de las vistas con los bosques que lo rodean. La cochera acoge un curioso restaurante entre carruajes.
Zoo
Especialmente adecuado para turismo en familia, es uno de los zoológicos más antiguos de toda Alemania y también de los más grandes. Está dividido en siete mundos que recrean los ecosistemas sin separación visual, para recrear el hábitat con la máxima fidelidad. Cuenta con atracciones y espectáculos cada hora y entre ellas destaca la mayor guardería de elefantes de toda Europa.
Hamelín
Hamelín
¿Pensabas que era un cuento de hadas? Pues la realidad supera tu imaginación. Es imprescindible visitar la Rattenfängerhaus o Casa del Flautista, no por ser su vivienda habitual sino porque además en la calle contigua, en Bungelosenstrasse, se vio por última vez al flautista con los niños desaparecidos. También podemos visitar la Catedral de St. Bonifatius, del siglo IX, o la iglesia de Marktkirche St. Nicolai. Esta última es especialmente nueva en su construcción debido a que tuvo que ser reformada tras la Segunda Guerra Mundial. Está rodeada por las colinas del sistema montañoso de Weserbergland y es perfecta para excursiones a pie, en bicicleta o incluso en barca.
¿Qué comemos?
Alemania cuenta con una gastronomía local excelente y además muchísima variedad étnica. Por eso, en Hanóver todas las culturas culinarias están representadas y en cualquier esquina puedes encontrar un restaurante italiano o un puesto de kebap. La típica salchicha de la región es la Bregenwurst, y para los amantes de la carne, pueden disfrutar el Schlachteplatte, un cocido de embutido, carne de cerdo y verdura. Para terminar, el Welfenspeise, un postre a base de almendras. Si te atraen los licores, te recomendamos probar el Hannöversches Leinewasser, de fuerte gradación. Y hablando de alcohol, la cerveza no puede faltar. Recorriendo los bares y restaurantes podrás probar la Herrenhäuser, destilada cerca de los jardines homónimos.
¿Qué hacemos?
Además de ser una de las capitales de ferias empresariales en Europa, Hanóver cuenta con otras tradiciones interesantes. En abril tiene lugar la Hexennacht, o noche de brujas, la gente se disfraza y se encienden las hogueras. En el mes de julio se destapa el folklore local con la Schützenfest, en la que se combinan la música y la comida popular. Y por supuesto la mejor excusa para volar a Hanóver son los mercadillos navideños: del 26 de noviembre al 22 de diciembre Hanóver despliega su espíritu navideño a las orillas del río Leine. El casco antiguo de la ciudad esconde el mercadillo de navidad con casi doscientos puestos frente a la Iglesia del Mercado (Marktplatz). De todos ellos, llama especialmente la atención la aldea, en la que nos podemos sumergir en el estilo de vida medieval de los artesanos de Baja Sajonia.