La Ciudad
La ciudad de Copenhague
Amable y ecológica, el recorrido básico por Copenhague arranca en la plaza del Ayuntamiento, del que queda muy cerca el mítico parque de atracciones Tivoli, de los más antiguos de Europa. Desde la plaza puedes tomar la calle peatonal más larga del mundo, Stroget, salpicada de tiendas y comercios. En Nyhavn tendrás a la vista una de las imágenes más populares de la ciudad: el puerto rodeado de bares y terrazas. Una buena manera de terminar este recorrido es la visita al palacio de Amalienborg y la iglesia de mármol, la Marmorkirken.
La Sirenita
La Sirenita
Con más de un siglo de historia, este símbolo de la ciudad y gran atracción turística ha sobrevivido a guerras y ataques vandálicos, pero perdurará siempre en las fotografías de millones de viajeros. Un motivo más para volar a Copenhague. La escultura fue un regalo a la ciudad de Carl Jacobsen, el propietario de la fábrica cervecera Carsberg. Está evidentemente inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen “La Sirenita” y fue tallada en bronce por el artista Edvard Eriksen. A la hora de realizar la obra, el autor quiso utilizar a la bailarina danesa Ellen Price como modelo. Sin embargo, la negativa por respuesta le obligó a utilizar sólo su rostro mientras que el cuerpo está basado en el de su esposa. Está situada en el Parque Langelinie, en la bahía del puerto de Copenhague, cerca del Palacio Real. Uno de las sorpresas de los visitantes al llegar a la escultura es descubrir su verdadero tamaño ya que sólo mide 1,25 metros y pesa alrededor de 175 kilos. Además, está muy cerca de la zona turística y es el final perfecto para un paseo desde Nyhavn.
Nyhavn
Nyhavn
La estampa más característica de Copenhague, junto a La Sirenita. Nyhavn (Nuevo Puerto) fue construido a finales del siglo XVII como uno de los acceso vía mar de la ciudad. Inicialmente tenía mala fama, sin embargo, con la expansión de la ciudad quedó como parte del centro de Copenhague. Actualmente es reconocible por las fachadas de colores de sus casas y las terrazas y bares que salpican sus aceras. Al inicio de Nyhavn se puede encontrar un enorme ancla en homenaje a los marinos que fallecieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Rosenborg
Rosenborg
Situado en el centro de la ciudad, este castillo o palacio de 1606 fue levantado para convertirse en la residencia de verano del rey Christian IV que lo bautizó como ‘castillo de las rosas’. Antes de su construcción, el rey adquirió los terrenos para acoger el Kogens Have, los jardines, atractivo suficiente para justificar una visita. De estilo renacentista, en su interior se conservan las joyas de la corona danesa ya que fue durante un tiempo la residencia real. El interior está perfectamente conservado y se encuentra abierto al público.
Christiania
Christiania
En 1971 un asentamiento militar danés dejó estos terrenos vacíos, circunstancia que aprovechó el movimiento ocupa para tomar los barracones con el objetivo de crear una forma de vida alternativa. Es considerado como el último reducto hippie, son muchas las personas que viajan a Copenhague para conocerlo. Cuentan con restaurantes vegetarianos, correo postal interno y está totalmente prohibida la propiedad privada. Es habitual también encontrar tráfico de drogas blandas dentro de la comunidad. Ojo, no todos los habitantes de Christiania son amigos de las fotografías, y aún así, es una de las atracciones turísticas de la ciudad.
Malmö
Gracias a la construcción del puente de Oresund, uno de los más espectaculares del mundo, Malmö se ha convertido en una excelente opción para complementar la visita a Copenhague. La estación de tren se halla en Stortorget, a escasos metros del centro de la ciudad, y te servirá como punto de partida para pasear por los cercanos parques y calles comerciales. Imprescindible visitar el castillo de Malmöhus y una de las sorpresas: la playa de Ribergsborg, una de las mayores de Escandinavia con sus casi tres kilómetros de longitud.
¿Qué comemos?
Los desayunos son un buen momento para empezar a saborear el gusto culinario danés. Productos ecológicos, infusiones y bollería lo convierten en una comida esencial del día. Los cafés de la zona de Østerbro y las zonas comerciales sirven el tradicional pan oscuro danés (smørrebrød) en un entorno de tranquilidad y terrazas, cuando el tiempo lo permite. Si queremos algo más contundente podemos probar algunos de los sándwiches, elaborados con distintos tipos de pan, quesos locales como el Mycella. En los restaurantes puedes saborear platos de la tierra y el mar como la anguila ahumada con huevos revueltos, arenque al curry y huevos duros, lomo asado (flaeskesteg) y albóndigas danesas con col roja. Además, Copenhague tiene el Noma, galardonado en varias ocasiones como mejor restaurante del mundo.
Planes en Copenhague
Puedes hacer muchas cosas en Copenhague y sin apenas gastar dinero. Los domingos puedes visitar la Ny Carlsberg Glyptotek en la que admirar las obras de Toulouse Lautrec y Van Gogh, además de una de las mayores colecciones de Gauguin. Si lo tuyo es pasear, los parques forman parte del ADN de la ciudad, por ejemplo el Orsteds, el Jardín de Frederiksberg o el Vondelpark. Otra parada ‘low-cost’ imprescindible es la chica Egtved, un cuerpo embalsamado de una chica de la Edad de Bronce que se expone en el Museo Nacional, con entrada libre. Por último, si visitas la ciudad en verano y el calor aprieta, el paseo marítimo de Havneparken es la mejor forma para darse un chapuzón en plena ciudad.