Superficie: 891,8 km²
Población: 3.375 millones
Convertida en el referente cultural de los últimos años, Berlín es la ciudad de las tendencias. Extravagante y campechana, en la capital alemana conviven pasado y vanguardia. La arquitectura moderna habla en presente de una ciudad con mucha historia. En los últimos años, Berlín se ha convertido además en el templo de la música electrónica por excelencia. ¿Necesitas más motivos? Sigue leyendo.
Vista aérea de Berlín
Construida a finales del S. XVIII, este punto en el centro de Berlín es uno de los principales iconos de la ciudad. Aunque personajes históricos como Hitler o Napoleón hicieron sus entradas triunfales a través de ella, en realidad su arquitectura revela que nos encontramos ante una aduana de acceso. De sus cinco entradas, la central sólo podría ser utilizada por los miembros de la familia real y otros personajes ilustres, una normativa que estuvo vigente hasta comienzos del siglo XX. Más tarde, con la construcción del Muro de Berlín, el papel de la puerta quedó en segundo plano para recuperar su gloria tras la reunificación de la ciudad. Tanto de día como de noche, es uno de los lugares más atractivos para visitar. En la plaza frente a la Puerta es posible encontrar varios Free Tours en distintos idiomas.
Parlamento Alemán
Muy cerca de la Puerta de Brandeburgo se encuentra este edificio de trazado clásico, sede del Parlamento Alemán. Entre las muchas páginas de historia que ha vivido, destacan la declaración de la República de Weimar y el incendio en la llamada ‘Noche de los Cristales Rotos’ con el ascenso nazi al poder. Como tantos otros edificios, quedó dañado durante la Segunda Guerra Mundial y fue reconstruido posteriormente. Actualmente, las visitas al Parlamento están protagonizadas por la cúpula de cristal que corona la Sala de Plenos. Diseñada por Norman Foster, se puede recorrer la parte superior en un símbolo por situar al pueblo como entidad superior en la democracia.
Alexander Platz
Conocida popularmente como “Alex”, está protagonizada por la Torre de la Televisión, uno de los legados de la República Democrática Alemana. Levantada en 1969, era un símbolo de la superioridad comunista sobre el capitalismo. Tiene 368 metros de altura y desde ella se disfrutan las mejores vistas de Berlín (a 203 metros de altura). Además, cuenta con un restaurante en la parte superior. La plaza es ahora también un punto clave para las compras, los mercadillos de invierno y un buen centro de operaciones para conocer la ciudad por la cantidad de hoteles en las calles adyacentes.
El muro de Berlín
El mejor testigo de la historia reciente de la ciudad e icono del mundo moderno. Durante 28 años dividió la ciudad en dos partes, separando a la población en dos monedas y dos ideologías políticas. En total se crearon 81 puntos de acceso entre ambas zonas. Para conocer la realidad que familias y amigos tuvieron que afrontar con la separación hay distintos puntos estratégicos en Berlín: el Checkpoint Charlie, el East Side Gallery o la exposición 'Topografía del Terror'.
Catedral de Berlín
La Berliner Dom es otro de los edificios representativos de Berlín. Por ejemplo, se puede visitar yendo desde la Isla de los Museos hasta Alexander Platz y es reconocible por su cúpula de color verdoso. De hecho, los 270 peldaños de ascenso a la cúpula permiten disfrutar de otra de las mejores panorámicas de la ciudad. Está próxima al antiguo emplazamiento del Palacio Imperial, lo que la convirtió en el principal centro de actividad religiosa. Como otros tantos lugares emblemáticos, se vio duramente afectada durante el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial, terminando su reconstrucción en 2002.
Isla de los museos
Este conjunto Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO reúne cinco museos con colecciones artísticas impresiones. Algunos de sus edificios todavía muestran las heridas de la guerra y entre todos ellos destaca el Museo de Pérgamo. Es el más visitado de toda la ciudad y acoge en su interior el impresionante Altar de Pérgamo, con una antigüedad de más de dos mil años.
Puente de Oberbaum
Las posibilidades de Berlín son casi infinitas. Si vamos acompañados por niños el AquaDom & Sealife, dentro del hotel Radisson y con 25 metros de altura, es el acuario cilíndrico más grande del mundo y contiene 900.000 litros de agua salada. También podéis hacer una parada en la Ritter Sport Chocoworld donde puedes crear tu propio chocolate o el Legoland Discovery Centre en Postdamer Platz. Otras atracciones son la zona de tiendas de friedrichstrasse, los escaparates exteriores de Kurfürstendamm, el parque Tiergarten o el zoológico. Si quieres saber más sobre la historia del Tercer Reich puedes visitar el campo de concentración de Sachsenhausen, modelo de otros muchos campos de prisioneros nazis y al que puedes llegar con un billete de transporte para zonas ABC hasta la estación de Oranienburg.
Bienvenidos al santuario de la música electrónica. Cada vez son más los que deciden acudir a la cita con la noche berlinesa y perderse en sus tantísimas opciones nocturnas. El turismo de fiesta motiva a más y más gente a viajar a Berlín.
Esta discoteca está en boca de todos. Envuelta en un halo de misterio y exclusividad, está prohibido hacer fotos en su interior. Se trata de una antigua central eléctrica que destaca por sus enormes dimensiones. 18 metros de pista de baile y aforo de 1.500 personas. En su decoración minimalista Berghain prima el acero y el hormigón. Para los más amantes del techno, será un buen aliciente saber que el periodista y DJ estadounidense Philip Sherburne bautizó esta discoteca en 2007 como “posiblemente la actual capital mundial del techno”. Desde esa fecha, su fama no ha hecho más que crecer. En 2009, solo un año después de haber entrado en la lista Top 100 Clubs DJ Mag ‘s alcanzó el primer puesto. Si el techno puro no es lo tuyo, en esta discoteca también encontrarás una sala en la que se pincha house.
La impresión es bailar sobre el agua. Situada a orillas del río, uno de los dos pisos es el llamado “waterfloor“. El suelo es de cristal erguido sobre el río Spree. Waltergate acoge en su cabina a DJs de trayectoria internacional. El techno que suena es bastante underground, drum y también minimal techno. ¿Sus puntos fuertes? Decoración y amanecer. En Berlín muchos clubes no tienen horario de cierre y no son pocos los que siguen en la discoteca cuando sale el sol. Los barcos comienzan a surcar el Spree mientras el techno sigue haciendo vibrar las paredes de la mítica sala Waltergate.
Por muchos es considerada la mejor discoteca de Berlín. ¿Por qué? La vista panorámica que ofrece de la ciudad es inigualable. Todo un privilegio escuchar la mejor electrónica con ese decorado. Un póster en vivo y en directo de la capital europea de moda. El Weekend Club se situada en los últimos pisos de un antiguo edificio de oficinas, cuando la temperatura lo permite, se habilita una azotea para disfrutar la música al aire libre. Además, para todos los que nunca tienen suficiente: la discoteca ofrece un bar con desayunos.
Más selecto y sofisticado, es uno de los clubes más antiguos de Berlín. Con 17 años de experiencia y una fama constatada año tras año, Cookies se diferencia del resto de clubes berlineses por tener un ambiente más chic. Entre sus características, un restaurante situado en la parte superior abierto durante toda la noche. Si necesitas una pausa, puedes hacer una parada logística, comer algo en el restaurante y seguir bailando hasta la madrugada.
Subterráneo. Reconocido. Veterano. Una visita obligada para los más fans de la música electrónica. Tresor se sitúa cerca de la famosa Potsdamer Platz. Su fama ha desembocado en un sello discográfico y una sala que lleva dando guerra desde 1991. Sin embargo, la historia del club comienza allá por el 1988 cuando el sello de música electrónica Interfisch inauguró el Ufo Club, pionero y referencia en techno y house para el resto de discotecas que fueron abriéndose en la capital alemana.
Berlín es perfecto para conocer la gastronomía alemana. Poco a poco, la gastronomía ha ido convirtiéndose en otro de los reclamos que invitan a volar a Berlín. La opción más sencilla es la Currywurst, la salchicha con curry acompañada de patatas fritas. Los encontrarás en multitud de puestos y comercios de la ciudad. También son populares el codillo (Esibein), la costilla de cerdo ahumada (Kasseler) En cuanto a los dulces, destaca el Berliner Pfannkuchen, un bollo relleno de mermelada. A la mesa, podemos acompañar nuestra comida con distintos tipos de cerveza: Altbier, de alta fermentación; Kölsch, más ligera; o por ejemplo Pilsen, más amarga. Son buenas zonas para encontrar restaurantes el Barrio de San Nicolás (Nikolaiviertel), y Alexanderplatz, donde encontrarás de todo tipo. También en los alrededores del metro Frankfurter Tor.