El ciclismo vio la caída del último gran mito que le quedaba. Un demoledor informe de la Agencia estadounidense antidopaje demostraba el plan elaborado de Armstrong y todo su equipo. El texano, sin querer defenderse, fue desterrado de por vida y desposeído de sus siete Tours. Un golpe que hunde más aun la credibilidad de este deporte.
Sobre el asfalto volvió Alberto Contador a lo grande tras su sanción de dos años. Ganó una de las Vueltas más emocionantes de la historia con aquella arrancada en Fuente Dé. Dejó a Purito Rodríguez con la miel en los labios, como ya le pasó en el Giro y recientemente tras ver como su equipo, el Katusha, fuera excluído del World Tour pese a ser el número uno de la UCI. Mientras, el año tuvo como mayor protagonista al británico Bradley Wiggins, que se impuso en un Tour sin alardes y se colgó el oro contra el crono en los Juegos.