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Espectaculares las imágenes que nos dejan estos caballos salvajes que galopan por las escarpadas montañas del oeste de Bosnia. Recorren en manada la meseta de Kruzi, al pie de la montaña Cincar, y su número ha aumentado en los últimos 30 años, atrayendo cada vez a más turistas que acuden a contemplar su belleza.  Un espectáculo que fotografía el artista  Marin Mamuza. Él cuenta que cerca de mil caballos viven en esta meseta, muchos de ellos han sido liberados por sus dueños que los han reemplazado por máquinas en los trabajos del campo.  Lo que se ha convertido en un safari fotográfico para los turistas bosnios que contemplan así su belleza, no tiene tan contentos a los agricultores de la zona que ven a los caballos como una plaga. Mamuza, quien en 2019 comenzó a ofrecer recorridos de aventura en esta zona, próxima la ciudad de  Livno, explica que la pandemia de coronavirus ha aumentado las visitas de turistas bosnios. Él pide a las autoridades locales que protega a estos animales, sin embargo los agricultores se quejan de que hacen daño a su ganado, destruyen los cultivos y se beben su agua. Este criador explica que tuvo que vender algunas de sus vacas  después de que los caballos las lastimaran. Y  duda que se pueda encontrar una solución para reconciliar los intereses en conflicto de los agricultores y los caballos. La ciudad de Livno aprobó una decisión para proteger a los caballos en 2009, pero la retiró en 2017 debido a las constantes reclamaciones por  daños de los granjeros e incluso conductores, después de que los caballos se vieran involucrados en accidentes de tráfico. Entretanto el confliucto entre agricultores y los defensores de estos animales sigue sin resolverse. Pues también supone un potencial para el turismo y la economía. El fotógrafo Mamuza dice que espera que algún dia este área sea zona protegida y se declare parque nacional.