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Cuando Julio Lumbreras empeoró, la gente aún caminaba sin limitaciones por las calles. Visitaba a sus seres queridos, disfrutaba en los bares. Y el coronavirus sólo había dejado un caso comprobado en la península. Él fue de los primeros en Torrejón de Ardoz, uno de los focos iniciales. Aún se desconocían muchas cosas del COVID-19. Has pasado 57 días. Casi 2 meses de lucha en la UCI. La mayoría de los pacientes salen por lo menos un mes antes. Su hijo, Sergio, muestra orgulloso una foto con su padre. "Hemos confiado siempre en mi padre -dice- porque es un luchador y un gran guerrero". En ese tiempo sus médicos le han facilitado prácticamente todos los tratamientos con los que se batalla. Ha habido altibajos. Momentos mejore y otros difíciles. "Nos llegaron a decir que a nivel mundial casos graves de coronavirus en la UCI sobrevivían 4 de cada 10. Entonces nosotros nos agarramos al 4 con fuerza.", recuerda Sergio. Casualidad o no, cuando usaron corticoides Julio comenzó a mejorar. El domingo de resurrección dio negativo en Covid-19. Ahora tiene que empezar a adaptarse. "No conoce todo lo que está sucediendo fuera", cuenta su hijo. Empieza a verlo ahora mismo". Sergio, sus 4 hermanos y su madre tuvieron la suerte de que la UCI del hospital de Torrejón lleva 6 años implantando un sistema de Humanización de este tipo de departamentos. Hoy cuenta agradecido su experiencia: Incluso "los que han perdido a un familiar han podido despedirse de él y los pacientes nunca, nunca, nunca han estado solos". Julio Lumbreras aún está débil pero ya en planta. Ahora tendrá que reponerse en un mundo que ya no es el de hace 57 días. -Redacción-