Cuidar el agua: una forma de actuar contra el cambio climático

La protección del medioambiente y la apuesta por una recuperación verde tras la pandemia de la Covid-19 son los objetivos de la compañía este año. Por eso prima un uso responsable del agua que utiliza en sus bebidas, que devuelve cada año a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico y cuya meta es reducir un 20% el uso de ese agua en el proceso de fabricación con respecto a 2010. Se trata de medidas que contribuyen a forjar una economía sostenible para frenar el cambio climático, algo que ahora ha de resultar clave, además, si queremos evitar nuevas pandemias.

El año 2020 que estamos a punto de dejar atrás nos ha dejado una preocupante pandemia, que se ha traducido en una crisis sanitaria, social y económica. Un desafío sin precedentes y que entre todos debemos tratar de superar poniendo la mejor predisposición por nuestra parte. Saldremos de la crisis, porque la capacidad de los seres humanos para sobreponerse a las adversidades es infinita, pero debemos contemplar nuevos retos, porque es insostenible seguir actuando de la misma manera con el medio ambiente. Si algo bueno ha conllevado el coronavirus, ha sido reafirmar que no podemos posponer la lucha contra el cambio climático.

todos debemos concienciarnos y actuar de manera enérgica ya. Como Coca-Cola, que está redoblando sus esfuerzos para apoyar una reconstrucción sostenible contra el cambio climático y contribuir al bienestar de las personas, a las que ha situado en el centro de su estrategia. la compañía persigue que los compromisos adoptados por los líderes políticos en los foros internacionales, como el Acuerdo de París, se conviertan en realidad y se aceleren los planes para alcanzar la neutralidad de carbono.

La oportunidad de transitar hacia una economía sostenible para frenar el cambio climático es algo clave para evitar nuevas pandemias. Y en este camino las empresas también están redoblando su apuesta por transformar el modelo económico actual. La preocupación por el medioambiente y el cambio climático no son nuevas premisas en Coca-Cola, donde llevan años situando a la sostenibilidad en el centro de su modelo de negocio y que se tradujo en 2017 en la presentación de su estrategia Avanzamos para Europa Occidental.

Esta reestructuración de su estrategia de sostenibilidad en la que se marcó nuevos y ambiciosos objetivos para 2025 se enmarca en una serie de metas que giran en torno a seis ejes: ofrecer bebidas con menos azúcar, utilizar envases más sostenibles, ser un agente de cambio positivo en la sociedad, reducir emisiones, trabajar con una cadena de suministro responsable y hacer un uso eficiente del agua.

Protección de las fuentes de agua

Protección de las fuentes de agua

Precisamente el uso del agua se contempla en Coca-Cola como algo primordial para abordar retos sostenibles de futuro, que ya forman parte del presente. El uso responsable del agua juega un papel clave en el cambio climático y por eso todas las plantas de la compañía cuentan con planes de protección de las fuentes de agua.

Coca-Cola devuelve cada año el agua que contienen sus bebidas a través de proyectos en zonas de gran valor ecológico y tiene como meta reducir un 20% el uso del agua en el proceso de fabricación con respecto a 2010. Además, se ha comprometido a que el 100% de sus principales ingredientes agrícolas sean de origen sostenible.

Metodología propia

Casi nadie duda en la actualidad que la economía del futuro ha de ser ser verde, y cada vez son más los que piden aprovechar la recuperación económica tras la pandemia para afrontar un nuevo modelo productivo sostenible. Pero en esta ecuación hay otro actor fundamental: el agua. Y es que el uso responsable de este recurso es fundamental para combatir lo más grave de las crisis, que no es otra cosa que el cambio climático.

Metodología propia

Coca-Cola lleva años comprometida con la protección de los recursos hídricos, puesto que el agua es el principal ingrediente de sus bebidas, pero también es esencial para los ecosistemas y las comunidades en los que opera. la compañía no solo trabaja para proteger las fuentes de agua que usa, sino también para reducir su consumo en la fabricación de sus productos y para devolver a la naturaleza el agua que contienen sus bebidas a través de diversos proyectos en zonas de gran valor ecológico.

Lo primero que hace Coca-Cola antes de construir una fábrica es evaluar el estado de los recursos hídricos del territorio en el que se pretende instalar. En ese análisis se mide la cantidad y la calidad del agua, así como los posibles riesgos derivados de fenómenos meteorológicos extremos o desastres naturales, siguiendo una metodología propia.

Coca-Cola tiene un plan

Coca-Cola tiene un plan

Identificadas las vulnerabilidades, se elabora un plan específico de protección de esas fuentes de agua con el objetivo es garantizar su disponibilidad para las comunidades locales y asegurar la viabilidad de la planta. Por otro lado, todas las fábricas que ya están en funcionamiento se analizan constantemente para ajustar sus planes de conservación del agua si fuera necesario.

Además de poner en marcha planes de protección del agua, otro de los objetivos de Coca-Cola es reducir su uso en la fabricación de las bebidas. De este modo, Coca-Cola lleva años optimizando el proceso de lavado de los envases, y muestra de ello es que ha conseguido disminuir notablemente el consumo en la limpieza de las botellas de vidrio rellenables, las que encontramos en bares y restaurantes, realizando ajustes en los inyectores de las enormes lavadoras que las ponen a punto para su posterior llenado.

La compañía también ahorra agua reutilizándola. Un avanzado sistema permite reutilizar el agua de cada fase de lavado en la anterior sin comprometer la calidad. Previo tratamiento, el agua del aclarado final se usa para el aclarado, esta para el enjabonado y esta última para el prelavado.

Reducción del consumo de agua y eficiencia

En el caso de los envases de plástico, estos vienen limpios del proveedor, pero se les realiza una última limpieza antes de ser utilizados. Para ahorrar agua, en muchas plantas esta limpieza se hace con aire ionizado, mientras que en las que emplean agua, esta vuelve a usarse en otros procesos tras un pequeño tratamiento.

Reducción del consumo de agua y eficiencia

Las cifras corroboran estos esfuerzos. En 2010, Coca-Cola empleaba 2,17 litros de agua por cada litro de bebida que fabricaba, incluida el agua contenida en las bebidas. En 2019 se redujo ese ratio a 1,83 litros, una mejora del 15,54% en la eficiencia en el uso del agua.

Una vez utilizada, el agua se somete a un tratamiento primario y secundario en la propia planta antes de emprender su camino a la depuradora municipal, donde recibirá el tratamiento definitivo antes de ser devuelta al medio ambiente. En algunas plantas esta agua se vierte directamente a cauce natural, en cuyo caso se depura de forma exhaustiva para garantizar que sea compatible con la vida acuática.

Proyectos que se ven

Proyectos que se ven

Sin embargo, el compromiso de Coca-Cola con la protección de los recursos hídricos va más allá: cada año trata de devolver a la naturaleza el equivalente al 100% del agua contenida en sus bebidas. Para lograrlo, cuenta con diversas iniciativas y proyectos para proteger entornos de gran valor ecológico, en colaboración con autoridades, ONG, universidades y otras instituciones. En 2019 consiguió reponer 3.782 millones de litros de agua, el 129% del agua contenida en las bebidas que comercializó en España.

Entre estos proyectos destacan el que desarrolla junto a WWF para mejorar la cantidad y la calidad del agua en el estuario del río Guadalquivir o el que asegura el suministro de agua y protege ríos y acuíferos en Teruel gracias a una reforestación controlada de un monte devastado por el fuego.

Pero también cabe mencionar los centrados en la mejora del uso del agua en la agricultura. Es el caso de Cítricos Sostenibles, que busca que los productores de cítricos en España, sean o no proveedores de Coca-Cola, ahorren agua optimizando sus prácticas de riego, además de reducir emisiones de carbono a la atmósfera gracias a un menor uso de fertilizantes.

En un mundo en el que los recursos son cada vez más escasos, solo la eficiencia y la innovación pueden ayudarnos a manejar ese capital natural de la mejor manera posible. Y en esa gestión sostenible cobra especial relevancia el agua, pues es la base de todo lo demás; el principio y el fin.