Alojamientos BIC, testimonios de la historia

Alojamientos BIC, testimonios de la historia

Podemos viajar para conocer una ciudad, un pueblo, un paraje bonito o cualquier otro lugar, pero hay destinos donde el propio alojamiento depara a quienes lo visitan mucho más que comodidad y trato amable. Hospedarse en un lugar declarado Bien de Interés Cultural regala al viajero experiencias que le llevan a palpar in situ la historia y la cultura.

Hay destinos que merecen la pena por visitar la propia ciudad, por su entorno, sus montañas, sus playas o incluso por degustar su gastronomía… Y hay también alojamientos privilegiados, con siglos de historia, que merecen la pena porque deparan a quienes los visitan experiencias únicas por sí mismos, y por ello suscitan un interés muy especial a los viajeros.

Edificios pintorescos, monasterios, antiguos conventos o viejas fortalezas, con su propio legado centenario y todo su encanto, sirven actualmente de privilegiados hospedajes donde el viajero palpa siglos de andadura, lugares que ofrecen sus particulares testimonios de la historia.

Diferentes enclaves con estas singulares características han merecido, por todo ello, el reconocimiento de ser calificados como Bienes de Interés Cultural (BIC), que los distingue dentro del patrimonio histórico español por su valor singular y asegura su conservación y rehabilitación.

No solo se trata de inmuebles. Entre los más de 17.000 elementos catalogados como BIC en España, podemos encontrar monumentos y edificios históricos, pero también jardines, yacimientos arqueológicos, conjuntos históricos y otros sitios singulares.

Muchas de estas edificaciones tan interesantes, con sus entornos que no lo son menos, hoy en día se erigen como Paradores BIC, lugares donde encuentran mucho más que comodidad y trato amable quienes los visitan. Hospedarse en un lugar declarado Bien de Interés Cultural depara al viajero experiencias que le llevan a palpar in situ la historia y la cultura, sin siquiera salir del entorno.

Lugares de enorme interés

Hoy, más del 40% de Paradores se encuentran en monumentos o conjuntos históricos declarados Bien de Interés Cultural (BIC).

Por eso, más allá de su condición hotelera, muchos recintos y edificios de Paradores permiten, a quienes los visitan, viajar al pasado y sumergirse en la rica historia y cultura de nuestro país.

Gracias a ellos podemos acercarnos a técnicas constructivas tradicionales que han perdurado a lo largo de siglos. Podemos contemplar preciosas bóvedas, arcos y columnas que constelan muchos de sus edificios. Y palpar el pasado. Volver a revivir en sus patios de armas episodios que cambiaron el curso de la historia. Pasear por claustros de gran valor arquitectónico que nos sumergen en fascinantes intrigas palaciegas. O sentir en sus salones la sobriedad que imperaba en una corte castellana. Edificios sobrados de encanto y leyenda que elevan la experiencia de viajeros y visitantes.

Mapa de Plasencia
El convento ligado a un milagro de San Vicente Ferrer

Parador de Plasencia

Ubicado en el convento de San Vicente Ferrer, el origen del Parador de Plasencia está ligado a la leyenda. Para unos fue fruto de un milagro de San Vicente Ferrer que, al resucitar a Juan de Zúñiga, el hijo de los duques de Plasencia que acababa de ser enterrado, sus agradecidos padres levantaron el edificio en honor al santo, recién canonizado. Para otros fue simplemente la ostentación de poder y riqueza de los citados Duques, para consolidar el prestigio de su linaje y el papel de mecenazgo que desempeñaron en aquella época. Y es que hay que tener en cuenta que Zúñiga fue un importante personaje de la época: estuvo en la toma de Granada junto a los Reyes Católicos, fue arzobispo de Sevilla y amigo y protector del gramático Antonio de Nebrija.

El edificio, de estilo gótico tardío con elementos renacentistas, forma parte del conjunto edificado por la familia Zúñiga que incluye la iglesia de Santo Domingo y el Palacio Mirabel, levantado entre los siglos XV y XVII. De aquella época, precisamente, conserva muchos de sus elementos originales: el primitivo artesonado del bajo claustro, resto de pinturas murales o el púlpito y el friso de azulejos talaveranos policromados del siglo XVI, del refectorio. Una sala que te traslada a otro tiempo y en la que, mientras te sumerges en la historia, puedes disfrutar de la mejor comida regional extremeña. Pero si hay un elemento que llama la atención de cualquier visitante es la impresionante escalera volada. Construida en granito, en 1557, se sostiene por arcos irregulares y está considerada una de las más bellas de España. La luz directa que recibe de una linterna acentúa la belleza de esta maravilla arquitectónica.

Además, la villa medieval de Plasencia alarga el encanto con otros muchos atractivos de imprescindible visita, como la Catedral Vieja, de estilo románico, y la Catedral Nueva, gótico-renacentista. Ya en Yuste, no se puede olvidar el monasterio donde pasó sus últimos días Carlos I. Ni tampoco disfrutar del pueblo de Romangordo, una pintoresca localidad famosa por sus murales y trampantojos.

Mapa de Hondarribia
Fortaleza inexpugnable con más de 1.000 años de historia

Parador de Hondarribia

Más de 1.000 años de historia acumula esta inexpugnable fortaleza de sillería maciza, ubicada en la frontera francesa, a orillas del Bidasoa. Construida en el siglo X por Don Sancho Abarca de Navarra, ha visto desfilar a los Reyes Católicos, a Carlos I, a Felipe IV y a Felipe V. Incluso al mismísimo Velázquez, en calidad de aposentador real.

Fue tras la Guerra de los Treinta Años, conflicto en el que la ciudad amurallada resistió durante 69 días, en 1638, y en el que el castillo recibió más de 1200 cañonazos. Al finalizar la contienda, se firmó la Paz de los Pirineos (1660), que contemplaba también la boda entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria. Y aunque el acto fue formalizado en la Isla de los Faisanes de Irún, tanto los novios, como sus invitados, así como el célebre pintor, encargado de organizar el evento, se alojaron en la fortaleza Hondarribiarra.

Precisamente, con motivo del tricentenario de aquel tratado que ponía fin al conflicto bélico, en 1959, el castillo de Hondarribia acogió, tras una intensa reforma, una exposición internacional organizada entre España y Francia. Y nueve años después abría como Parador, para alivio de la historia y deleite de sus huéspedes.

Mapa de Monforte de Lemos
Un monasterio con su propia leyenda en la mayor acrópolis de Galicia

Parador de Monforte de Lemos

Cuenta una leyenda gallega que en pleno corazón de la Ribeira Sacra, el conde de Lemos invitó al abad del monasterio de San Vicente de Pino y le colocó una corona de hierro al rojo vivo causándole la muerte, para vengarse por el romance entre el abad y la hija del conde (en otras versiones se considera su esposa). Muchos años después, cuando se abrió el sarcófago del abad don Diego, apreciaron en el cráneo la marca de lo que parecía ser la quemadura de aquella venganza. Leyenda o realidad, la historia forma parte del imaginario del imponente conjunto monumental de San Vicente do Pino. Un lugar en el que en otro tiempo se emplazaba un castro celta y donde hoy se ubica la que consideran la mayor acrópolis de Galicia.

Formado por tres construcciones: la torre del homenaje de un viejo castillo, el Palacio de los Condes de Lemos y el Monasterio de San Vicente do Pino, alberga en estos dos últimos el Parador de Monforte de Lemos.

El monasterio remonta sus orígenes al siglo IX, aunque el edificio actual fue construido en 1626, y luego ampliado en 1802 en estilo barroco neoclásico, construyendo los claustros y las escaleras. Durante casi un siglo funcionó como hospital hasta que en 1922 fue adquirido por la abadía de Samos y casi un siglo después, ya en 2023, convertido en Parador.

Un monumento único y muy especial para el visitante, que sorprende por su impresionante fachada, inspirada en el Colegio del Cardenal de Monforte, y considerada obra maestra del renacimiento gallego. Además, sus interiores te sumergen en la historia gallega y te trasladan en el tiempo. Las antiguas estancias del palacio acogen los salones comunes, mientras que las habitaciones se organizan alrededor del claustro neoclásico del monasterio. La joya de la corona de la preciosa villa de Monforte, que atesora otras maravillas arquitectónicas como el Colegio de los Escolapios, de más de 100 metros de longitud.

Mapa de Granada
De convento en el siglo XV a privilegiado hospedaje dentro del recinto de la Alhambra

Parador de Granada

El que fuera, en 1495, el primer convento de la recién conquistada Alhambra, es hoy el Parador de Granada. Ubicado en el lugar más visitado de España, dentro del mismísimo recinto de la Alhambra, fue levantado sobre un palacio nazarí por los Reyes Católicos. De aquella construcción original, aún hay vestigios visibles: la qubba, una impresionante estructura en forma de cubo; la cúpula de mocárabes decorada con yeserías, bajo la que estuvieron enterrados provisionalmente Isabel y Fernando; la acequia que atraviesa el claustro y que formaba parte de otra más grande que recorría toda la colina; y los alicatados originales de unos primitivos baños árabes.

El centro del antiguo palacio nazarí se transformó en la nave principal del convento renacentista que tiempo después, en el siglo XVIII, fue ampliado y ligeramente transformado, añadiendo la torre del campanario y la puerta actual. Ya entrado el siglo XX, el arquitecto conservador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás, intervino en su restauración, posibilitando la recuperación de valiosos elementos que se encontraban prácticamente derruidos. Su restauración posibilitó su uso como residencia de artistas, hasta que en 1945 se convirtió en Parador de Turismo. Uno de los más especiales de la red por su privilegiada ubicación y por las impresionantes vistas que brinda a los jardines del Generalife, desde la terraza de la cafetería y desde algunas habitaciones. Una panorámica a la historia.