"Emitir imágenes del 11-M hace mucho daño a las víctimas"
María Paz García Vera es directora de la Clínica de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. Junto a otros psicólogos presenta este martes una guía para afectados de atentados y catástrofes naturales.

MÓNICA PATXOT - La profesora García Vera, en su despacho.
En las horas siguientes a los atentados terroristas que segaron la vida de 191 personas en Madrid el 11 de marzo de 2004, un grupo de psicólogos de la Universidad Complutense se pusieron a trabajar para confeccionar una guía de emergencia que, a modo de paraguas psicológico, sirviera para minimizar las consecuencias del mayor atentado de la historia de España. Antes de que acabara aquel fatídico 11-M, acabaron la guía y la colgaron en Internet, donde fue consultada por más de 130.000 personas. La psicóloga María Paz García Vera, que formó parte de ese grupo de profesionales, presenta hoy en Madrid junto con sus compañeros un libro realizado a partir de esa experiencia, editado por la propia Complutense y cuyos derechos de autor irán destinados a la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo.
¿Por qué han decidido publicar esta guía?
Nada más ocurrir el atentado, nos reunimos y elaboramos un documento con el objetivo de que sirviera de ayuda para todo el mundo, profesionales y afectados. Si de algo nos dimos cuenta el 11-M es de que tenemos una sociedad que quiere saber y estar más preparada, que quiere ayudar a los demás y muchas veces no sabe cómo hacerlo. La guía rellena un hueco, para que todo el mundo sepa qué hay que hacer cuando ocurre un atentado o una catástrofe natural.
¿Qué se le puede decir a una persona que acaba de sufrir un atentado?
No hay palabras mágicas, ojalá las hubiera. Recurrimos a lo que se llama los primeros auxilios psicológicos. La primera parte de la ayuda, si las víctimas no están heridas, es hacer que se sientan seguras y empiecen a asumir lo que ha ocurrido, así como que sepan que poco a poco van a ir recuperando un estado de normalidad. Después, es muy importante que los psicólogos estén para dar pautas claras sobre cómo hay que facilitar información a las familias.
¿Hay diferencias entre las víctimas de un atentado y de una catástrofe natural?
Hay diferencias, pero también muchas cosas en común. Hay muchos elementos comunes de desesperación, y mucha sintomatología de estrés postraumático y depresión. No obstante, en cierto modo se asume mejor una catástrofe natural, con menos ira y hostilidad, aunque también hay catástrofes naturales que las víctimas creen que han podido prevenirse por determinados responsables y que también generan respuestas de ira.
Hay estudios que indican que un 7% de las víctimas de un atentado presentan secuelas psicológicas de por vida. ¿Hay gente que nunca se recupera?
Es muy importante que la gente apoye a las víctimas para que sean capaces de sentir emociones positivas además de las negativas, porque esto desmonta una de sus creencias fundamentales: que ya no se puede confiar en la gente, que el mundo no merece la pena. Ver que la gente te está apoyando mejora el pronóstico, si bien es cierto que hay un porcentaje pequeño de víctimas que siguen teniendo síntomas depresivos, sobre todo cuando han perdido a un ser querido. Por ejemplo, los padres de hijos jóvenes que han fallecido no lo superan en la vida, pero a veces encuentran un sentido a la vida, aunque no el que tenían antes.
¿La emisión de imágenes de archivo de los atentados ayuda a las víctimas o les perjudica?
Les perjudica. Existe una especie de creencia social de que las víctimas se tienen que exponer a ciertas imágenes, por ejemplo en caso de juicio. A veces se confunde la exposición terapéutica, que debe hacerse de forma controlada, con una exposición descontrolada que lo que suele generar en las víctimas es que rememoren el sufrimiento y nada más.
¿Deberían los medios controlar la emisión de este tipo de imágenes?
Sí, porque eso no ayuda a nadie y hace mucho daño.
¿Sufren las víctimas cuando se usa el 11-M como materia de enfrentamiento político?
Eso también hace mucho daño. Todo el mundo debería saber lo importante que es que las víctimas tengan emociones positivas, que vean que no todo es malo en este mundo. Nunca vas a recuperar lo que tenías antes, pero la vida puede tener sentido, eso es lo que las víctimas deben pensar y es algo que no sólo es tarea de la terapia, sino también de la sociedad y de los políticos.
¿Cuál es el mayor obstáculo de las víctimas para encontrar ese sentido a la vida?
Muchas veces intentan encontrar un sentido distinto a la vida, pero no tienen toda la ayuda. Se ven inmersas en problemas políticos y deberían estar al margen; se les debería proteger a nivel legal del juego político.
¿Reciben la asistencia psicológica adecuada?
Es fundamental contar con más apoyo psicológico para todas las familias afectadas por el 11-M, y el tratamiento de elección es el psicológico, no sólo los fármacos. Esta es una asignatura pendiente debido también a que no hay los psicólogos que debería. No sólo es importante que la gente no olvide a las víctimas, algo que creo que no ha ocurrido, sino que ellas sientan que no se les olvida, y ahí es donde hemos fallado. A veces, tienen la sensación de que las hemos olvidado, y eso es igual de malo que si lo hubiéramos hecho.