Seamos realistas, hagamos lo imposible

Cuarenta años después, Francia padece una ola de nostalgia por la revuelta estudiantil, alimentando un debate sin fin sobre lo que se consiguió. En la foto, carteles de mayo del 68 en una casa de subastas en París. Jacky Naegelen / Reuters

EFE / Museo de la Prefectura de la Policía parisina - Imagen cedida por el Museo de la Prefectura de la Policía parisina sobre los disturbios de mayo del 1968. El "movimiento del 22 de marzo" de 1968 es el precursor de la revuelta estudiantil que dos meses después paralizó Francia y se exportó a todo el mundo. EFE

Disturbios causado durante la huelga general que llevó al gobierno al borde del colapso. EFE

Lo que queda de una de las muchas barricadas que se levantaron en las calles de París. "Bajo los adoquines, la playa.". EFE

El 3 de mayo un grupo de estudiantes se reunió en la plaza de la Sorbona, donde se iba a celebrar una comparecencia de Cohn-Bendit. Empezó a unirse gente, y a las 4 de la tarde la Sorbona estaba rodeada por la policía... EFE

Manifestación de estudiantes y trabajadores durante la huelga general. EFE

"Prohibido prohibir" fue otro de los lemas de la revuelta. Y lo pagaron hasta los semáforos... EFE

París, especialmente el barrio latino, fue escenario de duros enfrentamientos entre estudiantes y trabajadores con los miembros de la policía. EFE

Un policía herido en los enfrentamientos durante la huelga general. EFE

Los trabajadores se unieron a los estudiantes: los despidos en las fábricas eran casi diarios y la situación laboral era muy precaria. EFE

Las protestas llegaron a tal punto que el presidente de la República, el general De Gaulle, disolvió la Asamblea Nacional y se celebraron elecciones parlamentarias anticipadas el 23 de junio de 1968. EFE

Los policías corrían detrás de los estudiantes... o al revés. EFE
