Arenas quema el último cartucho
El líder del PP andaluz, tras empatar el debate y con las encuestas en contra, reclama "una oportunidad"
Javier Arenas posee una tenacidad a prueba de demoscopia. Se ignora si realmente mantiene la fe, pero lo evidente es que no ha bajado los brazos. Con todas los sondeos pronosticando una mayoría absoluta del PSOE (aunque más estrecha que la de 2004) y tras un cara a cara con Manuel Chaves que, interpretaciones aparte, no tiró al presidente andaluz a la lona, condición sine qua non para que el líder del PP regional lograse recortar sensiblemente las distancias en la recta final, el candidato conservador decidió este lunes quemar un nuevo cartucho, quizás el último.
Arenas, tras el áspero debate del domingo, en el que las referencias personales y el intercambio de reproches (por momentos árido, pero casi siempre intenso, incluso ágil) predominaron sobre las propuestas, reclamó ayer “una oportunidad de cambio”. “Los señoritos abusones deben pasar a la oposición”, dijo, recuperando el tono del debate. Y añadió, ignorando las encuestas, que se ve “más presidente que hace 48 horas”.
Por su parte, Chaves, que el domingo declaró su “pudor” para decir si había sido o no ganador del debate, dejó que fueran sus teloneros los que lo cubrieran de elogios. Él, sabedor de su posición de dominio y pasado el último escollo, volvió al siempre agradecido terreno de las promesas electorales. Referencias al adversario, las justas. “No puede presentarse como adalid del cambio quien lleva 25 años perdiendo elecciones”, se limitó a decir. Ya se encargaba Magdalena Álvarez de echar sal en la herida. “En el debate se vio a un líder frente a un candidato que va como un maletilla pidiendo una oportunidad [...] Tiene más moral que el Alcoyano”, afirmó la número 1 al Congreso por Málaga.
Lo evidente es que el cara a cara ha tenido calado. Lo vieron, de hecho, 781.000 andaluces, 163.000 más que el debate a cuatro del martes anterior. Canal Sur destacó que fue “más visto” que el primer cara a cara entre Chaves y Arenas, en 1994, pese a que entonces “había menos competencia”.
Enfado y sarcasmo
Quizás estos datos enturbiaron aún más el ánimo, ya crispado por su exclusión del debate, de los candidatos de Coalición Andalucista (CA), Julián Álvarez, e IU, Diego Valderas. Éste calificó de “decepcionante” el debate. “Ni a los andaluces les interesa quién ganó”, afirmó. El líder de los andalucistas, que se postula como fuerza de cambio (se ha llegado a definir a sí mismo como “el Obama andaluz”), empleó el sarcasmo para intentar desacreditar el cara a cara. No lo vio, dice. Estaba en el cine viendo No es país para viejos.