Una protesta burla la seguridad del Parlamento británico
Protesta desde el tejado de Westminster contra la expansión del aeropuerto de Heathrow.

Los activistas lanzaron aviones de papel
Cinco activistas han burlado las medidas de seguridad del Parlamento británico para protestar, desde el tejado del edificio, contra los planes de extensión de Heathrow. Es la segunda acción controvertida que emprende esta semana el colectivo de grupos opuestos a la construcción de una tercera pista y una sexta terminal en el principal aeropuerto internacional de Europa. El lunes, miembros de Greenpeace colocaron una pancarta sobre un avión estacionado en una pista de Heathrow sin levantar la alarma.
La intensificación de la protesta coincide con el cierre del periodo de consulta pública sobre la polémica ampliación. Los activistas sospechan que la decisión está ya tomada pese a la oposición de diputados, autoridades locales y la mayoría de los residentes del oeste de Londres, donde se ubica el aeródromo.
La expansión se incluye en los planes de aviación del Ejecutivo laborista desde 2003. Funciona ya a su máxima capacidad- con 480.000 vuelos y 67 millones de pasajeros al año- y la ampliación se juzga necesaria para mantener el liderazgo en Europa y favorecer la economía nacional.
El plan de Ferrovial, propietario de Heathrow, implica la demolición de 700 viviendas y un núcleo rural. El número de vuelos crecerá a 700.000 al año, con repercusiones en las emisiones de CO2 y polución sonora.
Desde el tejado de Westminster, los activistas lanzaron aviones de papel mientras el primer ministro advertía en los Comunes de que las decisiones se toman en la Cámara. Las medidas de seguridad se reforzaron en 2001 para prevenir ataques terroristas. Se erigieron muros de contención y se fortificó el sistema de acceso con detectores de metales y registros a mano del visitante.
Pese a la vigilancia, los manifestantes lograron introducir pancartas y cuerdas y subirse al tejado desde el interior del edificio. Se sospecha que recibieron ayuda de políticos o administrativos con pase permanente.
Westminster es objetivo vulnerable de grupos de presión. En 2004, se registraron tres incidentes: Greenpeace se colgó de Big Ben en protesta contra la Guerra de Irak; padres divorciados rociaron de polvo a Tony Blair; y partidarios de la caza del zorro, incluido el hijo del cantante Brian Ferry, se colaron en la Cámara. Ninguno logró encarrilar al Gobierno hacia sus distintas causas, pero todos consiguieron perjudicar al público con la introducción de nuevas trabas para acceder al Parlamento.