Archivo de Público
Lunes, 24 de Junio de 2013

La estrategia de Rajoy para desactivar a Aznar

El presidente del Gobierno asume personalmente la presentación de sus reformas e intensifica sus encuentros y agenda pública. Convoca el Comité Ejecutivo Nacional el día en que su antecesor inaugura el Campus FAES

ANA PARDO DE VERA ·24/06/2013 - 07:31h

Ha pasado un mes desde que el expresidente del Gobierno dio la entrevista a Antena 3 que dejó en estado de shock al PP por la dureza de las descalificaciones que José María Aznar lanzó a su sucesor y las instrucciones que le dictó en un tono muy agrio. Sin embargo, en esta ocasión, Mariano Rajoy ha reaccionado con más prontitud de la que tiene acostumbrado a su equipo y, transcurridos 35 días de aquel 21 de mayo, ya nadie en el PP da importancia alguna a las palabras de Aznar; ni siquiera a los ecos que, de vez en cuando, salen de Esperanza Aguirre -la más firme defensora del expresidente- a través de sus colaboraciones en prensa, por ejemplo.

Rajoy ha cambiado de táctica y la prueba más fehaciente la ha trasladado con la presentación y defensa en primera persona de sus grandes iniciativas: la ley de emprendedores y la reforma de la Administración. Pero también explicando él mismo el pacto del Gobierno con el principal partido de la oposición para llevar un texto común al Consejo Europeo, que se celebra el jueves y el viernes en Bruselas.

La agenda de Rajoy -que su Gabinete da a conocer el viernes a última hora- es, desde hace un mes, una agenda "de máximos" frente a la de principios de año, por ejemplo, cuando el presidente del Gobierno se limitaba a cumplir con las actividades fijas semanales o, simplemente, a acudir a la sesión de control del Pleno del Congreso o Senado y a presidir la reunión del Consejo de Ministros, lo cual, entre otras cosas, le evitaba tener que comparecer ante los medios.

¿Ha sido la entrevista de Aznar la que hizo reaccionar a su sucesor? Los conservadores creen que a ésta se le ha dado demasiado categoría -especialmente, ellos mismos-, pero es innegable que había que hacer algo, además, para que los malos augurios del expresidente no quedasen enquistados en el sentir popular y "popular". Sobre todo, en un momento en el que Rajoy y los suyos están convencidos de "hay luz al final del túnel" del deprimente panorama socio-económico del país y, aunque los ciudadanos aún no la ven, la percibirán más pronto que tarde, dicen, "entre finales de este año y principios del que viene".

El partido, a un segundo plano

El presidente del Gobierno ha asumido en primera persona la defensa de sus políticas -las reformas y los pactos que Aznar le reprochaba no hacer-, pero, además, ha pasado a un rincón el protagonismo del partido, que sólo ocupa portadas cuando se habla de sobresueldos, caso Gürtel/Bárcenas, espionaje o corrupción. Todo lo que corresponda al partido, ahora, "no toca" y en su caso, será tutelado por Rajoy como apoyo a la actividad del Ejecutivo, "que para eso está", no para llevar agenda política propia.

Rajoy ha cambiado su evasión de la prensa por una defensa de sus reformas en primera persona

En este sentido y después de una intensa semana de actos y comparecencias públicas (inauguración del AVE Madrid-Alicante, intervención en la Asamblea de la CEOE, sesión de control parlamentario al Gobierno, presentación del informe de la reforma de la Administración en La Moncloa y reunión con Alfredo Pérez Rubalcaba con rueda de prensa imprevista), el último golpe de efecto lo dio Rajoy el viernes a última hora, cuando Europa Press -citando a informantes del partido- anunció que el presidente del Gobierno y del PP convocaba el Comité Ejecutivo Nacional para el lunes 1 de julio, el mismo día -y dos horas y media antes- que Aznar inaugura uno de los acontecimientos del año más importantes de la fundación FAES que preside y que apuntaba con convertirse en el evento político de la semana. 

A las 10.00 horas de ese 1 de julio, en Guadarrama, Aznar y la secretaria general del PP abren la décima edición del campus FAES, que se alargará una semana. Será la primera foto de María Dolores de Cospedal con el expresidente después de las críticas de éste al Gobierno por su gestión; de no descartar que pudiera volver a la primera línea política, y de dejar constancia -a través de terceros- de su malestar con la dirección nacional del PP por no haberle apoyado lo suficiente al publicarse la connivencia del PP de su etapa de líder con la trama Gürtel.

El domingo 7 está previsto que el propio Rajoy clausure el campus FAES y se haga la esperada foto con quien le eligió líder del PP en su lugar. Algunas voces de la calle Génova ya dejan caer la posibilidad de que Rajoy opte por cancelar su asistencia.