Archivo de Público
Domingo, 29 de Mayo de 2011

La demagogia enterró la excepción roja

IU se tambalea en Córdoba tras quitarle un constructor populista la mitad de sus votos

 

ÁNGEL MUNÁRRIZ ·29/05/2011 - 08:30h

ENRIQUE GÓMEZ - El alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña (IU), tras conocer los resultados. -

Sobre las 20.45 del 22-M sonó el teléfono de un estrecho colaborador del alcalde, Andrés Ocaña. Era una llamada desde un colegio de Alcolea, un barrio popular afín a IU donde ya habían cerrado las mesas. “¡Arrasa Sandokán!”, alertó la voz. Aquellas dos palabras enterraban las opciones de que Córdoba mantuviera su excepcionalidad, la que había hecho que fuera siempre gobernada por el PCE o IU, salvo de 1995 a 1999, cuando gobernó el PP sin mayoría.

El desastre se confirmó al rato. IU pasó de 51.982 votos en 2007 a 24.158, de 11 a cuatro ediles. El tsunami del PP, que ganó 15.000 votos hasta frisar los 80.000, sólo explica parcialmente el batacazo. Hay otro factor. El constructor Rafael Gómez, Sandokán, imputado por cohecho en la Malaya, sacó 24.805 votos y cinco ediles. “Sabíamos que podía sacar algo, ¡pero no esto!”, admiten en el entorno del alcalde, que, tras conocer los resultados, anunció que retomaría su plaza de profesor.

Gómez sacó sus votos de las áreas obreras tradicionalmente fieles a Julio Anguita, primero, y a Rosa Aguilar, después. Sector Sur, Fuensanta, Valdeolleros, Barrios Periféricos... “A nosotros no nos hizo ni cosquillas. Se comió enterita a IU”, analiza un edil del PP. El ultrapopulismo de Gómez triunfó. Empleo y casas baratas en una ciudad con cerca del 30% de paro, prometía en sus múltiples mítines-show. Funcionó. Que una estrategia tan simple cuajara ha llevado a muchos en IU a razonar que, al menos en plano pedagógico, han fracasado.

“El voto parcelista nos mató”, admiten los próximos al alcalde

Sandokán es pura demagogia. Parte de su éxito se asienta en la promesa de legalizar todas las parcelas irregulares, proliferadas durante décadas. Un brindis al sol, formalizado para más inri en sus naves ilegales, por las que debe al Ayuntamiento una multa que ronda los 25 millones. Pero el órdago caló entre miles de parcelistas afectados por las inundaciones del último año.

Voto parcelista

“El voto parcelista nos mató”, admiten los próximos al alcalde. Ocaña se implicó personalmente en la gestión de las inundaciones. Algunos lo recuerdan cayendo de narices al barro. Pero no prometió milagros. Advirtió de que la irregularidad de las parcelas dificultaría las compensaciones. Lo pagó en las urnas. El análisis de IU es que han pagado la brusca salida de Aguilar,y también un descuido de sus señas de identidad, de su conexión con las bases. Ahora IU afronta una incierta travesía. A los riesgos de fricciones internas –admitidos por todos los que conocen las tripas de IU en Córdoba–, se suman unas finanzas precarias. Además de siete concejales, la coalición ha perdido fuerza en la Diputación, ahora gobernada con mayoría absoluta por el PP, quizás la mayor sorpresa de las municipales.

El reto de IU es mayúsculo: que Córdoba vuelva a ser roja. Será muy difícil. El PP goza de una cómoda mayoría absoluta, y el PSOE sabe que ahora que empata a cuatro ediles con IU tiene la opción de apostar fuerte y conquistar al fin el liderazgo de la izquierda. El exalcalde Anguita cree que, pese al tsunami de la derecha y el batacazo de IU, “Córdoba aún es diferente”. “En mi opinión, Ocaña ha ido en la buena dirección, pero no ha tenido tiempo. Ha habido mucho buenismo antes [con Aguilar]. Ahora hay que hablar claro a la gente”, concluye.