AFP - Lindsay Lohan confesó hace unos días a través de su Twitter que había roto las condiciones de su libertad condicional y había dado positivo en uno de los controles antidroga a los que se somete en el juzgado dos veces por semana. El desliz –de abajo a arriba y por el tabique nasal– de Lindsay le puede costar el regreso a prisión por otro mes y a ustedes, sufridos lectores, un par de titulares ingeniosos de los míos.

Mientras Sarko pretende expulsar a los gitanos rumanos de Francia, Carla Bruni desplaza de los escaparates la literatura y se erige en fenómeno editorial del mes con dos biografías; una donde sus ex amantes hablan de ella como de una gata ambiciosa y otra en la que Carla cuenta, entre otras cosas, que Michelle Obama le confesó que la Casa Blanca era un infierno.

El Papa, que sigue de gira por Inglaterra, visitó este fin de semana Twickenham –sede del portal de contactos 'Gaydar'– donde algunos de los musculados representantes le recibieron con protestas por la actitud de la Iglesia hacia los homosexuales (¿o era por haber puesto fotos falsas en su perfil?)