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Viernes, 27 de Agosto de 2010

Cambios de estilo de vida reducen las visitas nocturnas al baño

Reuters ·27/08/2010 - 18:33h

Por Lynne Peeples

Si le molesta tener que levantarse a mitad de la noche para ir al baño, podría optar por poner en práctica algunos ajustes sencillos y sin fármacos.

Se llama nocturia a esa necesidad de tener que levantarse por lo menos una vez por noche para orinar, ya sea por un aumento de la producción de orina o la incapacidad de la vejiga de contenerla, a veces por algún motivo médico.

La nocturia puede causar fatiga y depresión, y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y trastornos gastrointestinales.

Pero, como indican los expertos, esta condición es bastante frecuente, sobre todo con la edad. Y no a todos les molesta.

Los tratamientos habituales incluyen "la terapia clínica y modificaciones del estilo de vida, como restricciones de líquidos", explicó el autor principal del estudio, doctor Koji Yoshimura, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kioto, en Japón.

"Pero hasta ahora se desconoce la efectividad de las modificaciones del estilo de vida", añadió el experto.

El equipo de Yoshimura estudió a 56 personas con nocturia y con unos 75 años de edad. Analizó el efecto de cuatro cambios del estilo de vida: restringir los líquidos, reducir la cantidad de horas en la cama, hacer ejercicio diario y no sentir frío al dormir.

A cada paciente se le informó sobre los beneficios de cada modificación, incluida la recomendación de reducir el consumo diurno de líquidos al 2 por ciento de su peso y evitar beber demasiado líquido a la noche. Eso se traduce en 1,4 litros de agua para una persona de 75 kilos.

A las cuatro semanas, se redujo la cantidad promedio de visitas nocturnas al baño: más de la mitad de los participantes dejó de levantarse más de una vez por noche, precisó el equipo en The Journal of Urology. También disminuyó el volumen total de orina (de 923 a 768 mililitros).

El doctor Serge Marinkovic, del Hospital St. Francis en Indianápolis, que no participó del estudio, señaló que la efectividad de los cambios del estilo de vida se puede comparar con la de las intervenciones farmacológicas.

Las opciones farmacológicas para tratar la nocturia incluyen una versión sintética de una hormona que inhibe la producción nocturna de orina, un fármaco que impide que los músculos de la vejiga se contraigan y antidepresivos que dificultan la eliminación de líquidos al aumentar la tensión en el cuello de la vejiga, resumió el autor.

"Ninguno de esos medicamentos son la gran cura y todos tienen efectos adversos, como sequedad en la boca, constipación y acidez gástrica. Son suficientemente molestos como para que hasta el 70 por ciento de los pacientes suspendan los fármacos a los seis meses", dijo Marinkovic.

FUENTE: The Journal of Urology, septiembre del 2010