Dejar de fumar ayuda aún después de un daño grave por infarto
Por Amy Norton
Nunca es demasiado tarde para que los fumadores cuiden su corazón y dejen de fumar, incluso después de un infarto que les haya producido un daño grave en la cámara que bombea la sangre.
Estudios previos habían hallado que los fumadores que abandonan la adicción después de un infarto tienen una menor tasa de recurrencia y viven más que los que siguen fumando.
Pero poco se conoce sobre los beneficios de la cesación tabáquica luego de los infartos que producen una complicación llamada disfunción del ventrículo izquierdo (VI).
Se desconoce también si esa disfunción "anularía" los beneficios cardíacos de la cesación, dijo el doctor Amil M. Shah, autor principal del estudio y cardiólogo de Brigham and Women's Hospital, de Boston.
En un grupo de 2.231 pacientes con disfunción del VI, el equipo de Shah halló que los que dejaban de fumar durante los seis meses posteriores al infarto tenían menos probabilidad de morir o sufrir un segundo infarto en cinco años que los que seguían fumando.
Al momento del infarto, 463 pacientes fumaban, pero abandonaron a los seis meses; 268 siguieron fumando. El 15 por ciento de los que abandonaron la adicción murió o sufrió otro infarto durante los cinco años de seguimiento, comparado con el 23 por ciento de los que siguieron fumando los seis meses después del primer infarto.
Tras considerar otros factores, como la edad, el peso y la historia clínica, la cesación tabáquica redujo un 40 por ciento el riesgo de morir.
Quienes abandonaron el cigarrillo fueron un 30 por ciento menos propensos a morir, sufrir un segundo infarto o a quedar hospitalizados por insuficiencia cardíaca durante el estudio.
Shah dijo a Reuters Health que los resultados reafirman los beneficios de la cesación tabáquica en pacientes con disfunción del VI, que son similares a los observados en sobrevivientes de infarto sin esa disfunción.
FUENTE: American Journal of Cardiology, publicado online 13 de agosto del 2010