EFE - Dos guardias civiles murieron por la explosión de una bomba adosada al "Nissan Patrol" con el que habitualmente hacían sus rondas de vigilancia en Sallent de Gállego (Huesca). El atentado, perpetrado por ETA, ocasionó la muerte instantánea de Irene Fernández Pereda y produjo heridas de carácter muy grave a José Angel de Jesús Encinas, quien murió durante su traslado al Hospital de San Jorge de la capital oscense. En la foto, miembros de la Guardia Civil inspeccionan el lugar. EFE/Archivo

La localidad oscense de Sallent de Gállego descubrirá hoy una placa en recuerdo de los guardias civiles Irene Fernández Perea y José Ángel de Jesús Encinas, en el décimo aniversario de su fallecimiento en un atentado perpetrado por la banda terrorista ETA.

El homenaje consistirá en una misa en la iglesia de Sallent y en una ofrenda floral en la plaza en la que ocurrió el atentado, junto al cuartel entonces de la Guardia Civil, en la que se descubrirá la citada placa con el nombre de los dos agentes fallecidos.

Irene Fernández Perea y José Ángel de Jesús Encinas fallecieron a la edad de 32 y 22 años, respectivamente, como consecuencia de la explosión de una bomba lapa instalada en los bajos del vehículo de la Guardia Civil que se encontraba aparcado en la plaza, junto al cuartel.

Desde entonces, todos los años, Sallent de Gállego recuerda el 20 de agosto a ambos agentes con una misa y una ofrenda de flores como muestra del cariño y apoyo hacia los familiares de ambos.

La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) se sumará mañana a los actos de homenaje previstos.