Lucha contra el cáncer en pobres no tiene que costar caro
Por Kate Kelland
El creciente impacto del cáncer en los países en desarrollo podría reducirse sin medicamentos y equipos caros, dijeron el lunes científicos, aunque requiere de un esfuerzo mundial similar al combate contra el VIH.
En un estudio en Lancet, científicos de Estados Unidos, quienes han formado un Grupo de Trabajo Global sobre un Mayor Acceso a Tratamientos contra el Cáncer en Países en Desarrollo (GTF.CCC por sus siglas en inglés), señalaron que el cáncer es actualmente la principal causa de muerte en naciones pobres.
Sin embargo, la principal razón sería la ausencia de planes de prevención y tratamiento.
Aunque sólo un 5 por ciento de los recursos mundiales para el cáncer se gasta en los países en desarrollo, los costos de la enfermedad son mucho mayores que en las naciones ricas y hasta un 80 por ciento de las muertes anuales ocurren en los estados más pobres.
"El cáncer ya no es la carga primaria de países con altos ingresos", escribieron los científicos, encabezados por Felicia Knaul, de Harvard Global Equity Initiative, en el estudio.
"Ha llegado el tiempo de desafiar y rebatir la presunción generalizada de que el cáncer seguirá sin tratamiento en los países pobres", agregaron.
Los expertos señalaron que muchos cánceres que representan la mayor carga en los países con ingresos medios y bajos, como el cáncer de mama, podrían ser tratados con medicamentos que pueden ser fabricados genéricamente a precios accesibles.
Los científicos citaron el medicamento contra el cáncer de mama tamoxifen como un ejemplo y dijeron que en Malawi, Camerún y Ghana el costo total de los medicamentios genéricos para quimioterapias con una tasa de efectividad del 50 por ciento para un tipo de cáncer llamado linfoma de Burkitt podría ser tan bajo como 50 dólares por paciente.
"Estos medicamentos deberían ser un foco de los programas de tratamiento de cáncer, en lugar de costosos medicamentos con patente", afirmaron.
Según el GTF.CCC, las tasas de cáncer en países con ingresos medios y bajos han crecido drásticamente desde 1970, cuando representaban un 15 por ciento de los nuevos casos de cánceres reportados, al 2008 cuando esa cifra subió a un 56 por ciento.
La proporción se prevé que aumente a un 70 por ciento en el 2030.