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Miércoles, 2 de Junio de 2010

González: "Es de necios tener que rectificar a diario"

El ex presidente afirma en que vivimos en una «"mediocracia"

CAROLINA MARTÍN ·02/06/2010 - 00:20h

Reyes Sedano - El ex presidente Felipe González.

El ex presidente del Gobierno Felipe González llegó a la Casa de Galicia en Madrid con intención de hablar sólo de la novela El laberinto de los espejos de su amigo y periodista Alfonso Palomares. Sin embargo, terminó hablando de política, de la "mediocracia" en la que vivimos, del rayo de esperanza que supone Barack Obama, que "ha subido un poco el nivel" del debate político, y del presidente de laRepública Manuel Azaña, entre otros temas.

En la sociedad actual, subrayó González, "ha disminuido mucho el nivel de las ideas y ha crecido mucho la dependencia de lo inmediático, de los medios". En su opinión, los políticos no resisten esa inmediatez, vinculada a la opinión publicada en los medios, y "se adaptan a lo que la opinión pública va a decir en cada momento. En algunos casos, porque creen que es más democrático y, en otros casos, porque han perdido el pudor y les da igual decir hoy una cosa y mañana otra, sin explicarlo". El ex presidente no dio nombres ni apellidos y añadió que "cambiar de opinión" le "parece absolutamente lógico e incluso razonable". Ahora bien, matizó, "rectificar es de sabios y de necios tener que hacerlo a diario". González apostaba por un equilibrio entre las dos cosas.

El triunfo de la "mediocracia"

Entre críticas hacia el periodismo amarillo, que es sobre lo que versa la novela de Palomares, y en concreto a aquél que lo es sin parecerlo, el otrora líder socialista señaló que actualmente, "vivimos en la mediocracia". Atendiendo a sus explicaciones, se trata de una democracia en la que los medios tienen mucho poder, debido a la propia inmediatez del sistema a diferenciade lo que ocurría hace 60 o 70 años, y que determinan la acción política.

Para González, ningún proyecto político resiste la dependencia de lo "inmediato-inmediático" de la política actual. "La fortaleza emocional del liderazgo político es la capacidad de nadar contracorriente de la opinión pública, pero sobre todo de la publicable, que es la que más lo condiciona porque confunde el mundo con lo que publican los periódicos", explicó ante un auditorio abarrotado.