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Jueves, 13 de Mayo de 2010

Los camisas rojas aguardan atrincherados la reacción de las autoridades

EFE ·13/05/2010 - 06:28h

EFE - Miembros del movimiento opositor "camisas rojas" regala comidas ante la amenaza del Gobierno de tomar medidas para desalojar el campamento que mantienen en el corazón comercial de la capital tailandesa, entre ellas la de cortar el suministro de provisiones y electricidad, en Bangkok, Tailandia.

Varios miles de manifestantes continúan hoy atrincherados en el corazón comercial de Bangkok a la espera de que el Ejército de Tailandia emprenda acciones para desalojarles, después de anunciar que se disponía a lanzar un asedio.

Las autoridades militares han aplazado cortar el suministro de agua y electricidad en la céntrica zona, dos de las medidas de su plan para forzar la rendición de los llamados camisas rojas.

El portavoz del Ejército, coronel Sasern Kaewkamnerd, indicó que el corte de los servicios básicos estaba siendo reconsiderado, dado que afectaría también a las áreas colindantes en las que actividad diaria continúa con relativa normalidad.

El Gobierno, que ha dado un ultimátum tras otro a los camisas rojas para que pongan fin a la protesta, que ya dura cinco semanas, decidió el miércoles retirar la propuesta de celebrar elecciones el próximo 14 de noviembre.

No obstante, el Ejecutivo mantiene el resto de las propuestas incluidas en la "hoja de ruta" hacia reconciliación anunciada por el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, en un intento de resolver la crisis por medios pacíficos.

El pasado 7 de abril el Gobierno decretó el estado de excepción en Bangkok, medida que los "camisas rojas" han exigido con insistencia que fuese levantada si las autoridades querían que la protesta llegase a su fin

Desde que hace dos meses comenzaron las protestas, un total de 29 personas han muerto y unas 1.000 han resultado heridas en enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de seguridad, en la explosión de artefactos y en ataques.

La mayor parte de los "camisas rojas" provienen de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del multimillonario Thaksin Shinawatra, quien en 2008 fue condenado a dos años de cárcel por un delito de corrupción.

Los manifestantes consideran que el Gobierno integrado por una coalición de seis partidos y encabezado por el Demócrata que lidera Vejjajiva, y al que respalda la elite monárquica y el Ejército, es ilegítimo por haber llegado al poder mediante pactos parlamentarios en vez de las urnas.

La crisis política en Tailandia se remonta al golpe de Estado de los militares en 2006 contra Shinawatra, el magnate que gobernaba el país desde hacía algo más cinco años con el respaldo de una mayoría absoluta en el Parlamento, al que acudía en raras ocasiones.