Barajas se convierte en un bazar de billetes
La Terminal 4 del aeropuerto de Barajas parecía un bazar de billetes de avión y autobuses
"¡Autobús a Múnich! ¡Queda un asiento libre! ¡Sale en 15 minutos!", voceaba ayer la trabajadora de una compañía de autocares de largo recorrido. La Terminal 4 del aeropuerto de Barajas parecía un bazar de billetes de avión y autobuses. Varios comerciales recorrían las colas de reclamación ofertando plazas a los afectados por el cierre de los aeropuertos europeos, especialmente a los alemanes. A pocos metros, una trabajadora de Iberia anunciaba a viva voz un vuelo: "En el mostrador 790 hemos conseguido una salida a Roma. Vuelo IB 3642". "¿Pero cuándo sale?", preguntaba una chica. "En cuanto se llene, ¡Corre, corre!".
El ajetreo de la planta de "salidas" contrastaba con los mostradores de información del primer piso, donde los puestos de atención quedaron desiertos con el paso de las horas. "La gente ha entendido que no tiene sentido pasarse las horas en el aeropuerto", justificaba una empleada, que hacía caso omiso del alboroto de la planta del check in.
Jubilados perdidos
Entre las colas de cientos de viajeros, 24 jubilados alemanes daban ayer tumbos de mostrador en mostrador buscando a alguien que hablase alemán. Acababan de pasar ocho días de vacaciones en Málaga, en un viaje organizado. Tras embarcarles en el avión de vuelta con escala en Madrid, su guía se había ido a Sevilla. Una joven compatriota que han conocido en el aeropuerto madrileño les hace de traductora. "Estamos perdidos porque no sabemos qué hacer", lamentaba Höfer, uno de ellos, de 60 años. "Barajamos la opción de coger un autobús", explicaba frente a una ventanilla de venta de billetes. "Pero son 18 horas y no encontramos plazas para todos". La única alternativa que les ofrece su compañía aérea es tomar un vuelo a Austria, "pero está colapsado y no nos aseguran nada", añade.
En una de las colas de atención al cliente, dos italianos conversan con más tranquilidad. Nicola, pediatra de 33 años, lleva desde el domingo en Madrid. Le esperan para trabajar. "Esta noche he pagado 70 euros por dormir en un hotel, pero no pienso seguir así hasta el miércoles, cuando ya habrá vuelos a Roma y a Venecia", asegura. Junto a él está Walter, un jubilado de Milán de 60 años. Entre los botones desabrochados de la parte superior de su camisa brota una mata de pelo. Luce un buen bronceado. Acaba de pasar 20 días en Río de Janeiro y tiene poca urgencia por regresar a su país: "¿Tres días más de vacaciones en Madrid? ¿Dónde hay que firmar?".