Y el lujo de Aleixandre se hizo Big Mac...
La Gran Vía perdió el glamour en los 70 y se convirtió en la calle de la gente corriente

J. M. M. - Varias mujeres pasean por la Gran Vía.
La Gran Vía fue la calle del lujo durante la mayor parte del franquismo. Las tiendas más caras de la ciudad se repartían sus metros cuadrados y la alta sociedad acudía a sus bares y coctelerías, empezando por el popular Museo Chicote, por donde desfilaron Ava Gardner, Orson Welles y Rita Hayworth.
Pero a finales de los setenta, la Gran Vía comenzó a cambiar. "La mayoría de las tiendas de lujo cerró y algunas se trasladaron al barrio de Salamanca. El ambiente que se puede ver hoy en día en este barrio, en calles como Goya o Serrano, es similar al que se vivía en la Gran Vía antes de convertirse en una calle popular, para la gente corriente", explica Luis Antonio de Villena, que acaba de publicar Malditos, un homenaje al Madrid de los años setenta.
Por ejemplo, el local de la Red de San Luis donde hoy en día hay un McDonalds fue en su día la lujosa joyería Aleixandre, "donde un botones te abría la puerta y las señoras acudían en coches con chófer", recuerda De Villena.
La calle de la libertad
Aunque la Gran Vía no fue punto de referencia durante la época de la Movida, en los años previos, incluso con Franco en el poder, en sus aceras ya se respiraba otra atmósfera.
Según Ignacio Merino, "era la calle de la libertad. La gente era más atrevida, más libre. Se ha convertido en un icono de la transgresión. Recuerdo ir con Pedro Almodóvar al cine Capitol y que luego nos comíamos una hamburguesa en el Burger de enfrente, que creo que era el único de toda España. Sería el año 1973".
Hoy en día sigue presentando los contrastes que siempre la han caracterizado: una pequeña muestra donde se puede reflejar toda la sociedad.