Caja Madrid rebaja sus beneficios un 45%
Con la guerra política de fondo, la entidad augura un 2010 "tremendo"

Las cuentas del tercer trimestre son, previsiblemente, las últimas que se aprueben en el mandato de Miguel Blesa. - E. P.
En medio de la dura batalla política desatada por la sucesión de su presidente, Caja Madrid anunció ayer un descenso del 45% en sus beneficios en los nueve primeros meses, que cayeron hasta 622 millones de euros. Estas cuentas, que serán previsiblemente las últimas aprobadas durante la presidencia de Miguel Blesa, están castigadas por los 359 millones que la caja dedicó de forma voluntaria a hacer provisiones para afrontar la morosidad futura. Además, los resultados están penalizados porque el año pasado se lograron 483 millones en plusvalías por la reorganización de su participación en Mapfre. Sin contar los extraordinarios, el beneficio hubiera crecido un 5,1%, hasta 874 millones.
Esa evolución está impulsada por los réditos que todavía está consiguiendo en sus inversiones por la bajada de tipos de interés. Pero la caja reconoce que se irán diluyendo poco a poco. Y, sobre todo, advierte de que han bajado un 30% las peticiones de créditos, que son el negocio principal (y más rentable) de una entidad financiera. En los nueve primeros meses, la caja aumentó un 2,1% el saldo de créditos concedidos a clientes, gracias, sobre todo, a los préstamos a empresas, que aumentaron un 3,9%, mientras las hipotecas crecían sólo un 1,6% y los créditos al consumo descendían un 15,5%.
Y para el próximo año no esperan crecimientos mayores. Como si quisieran dejar claro que lo último que necesita la caja en estos momentos es la guerra política que la rodea, fuentes de la entidad insistieron ayer en explicar los malos momentos que se le vienen encima a las entidades financieras españolas, incluida Caja Madrid, por supuesto.
2010 tremendamente difícil
Las mismas fuentes advirtieron que 2010 será un año "tremendamente difícil" y "muy complicado para el sector financiero". Lo que viene por delante, dijeron, es la parte más baja del ciclo económico: un año sin crecimiento, con dificultades en las empresas para comercializar sus productos y con el paro en el 20% (no se volverá a crear empleo de forma sostenida hasta pasados unos años). Con ese entorno, las entidades financieras españolas tendrán muy complicado dar créditos y captar depósitos, lo que conllevará una reducción de su rentabilidad y, probablemente, de sus beneficios. Sólo la nueva normativa de provisiones contra la morosidad les servirá de alivio porque, en general, les permitirá hacer menos dotaciones.
No a CCM
Para hacer frente a este entorno, desde la caja abogaron por hacer una reestructuración del sector y por crear entidades más grandes. Caja Madrid está dispuesta a fusionarse con entidades del norte, sur, este y oeste de España. Lo único que no quiere ("ni estamos en la puja ni se nos espera", dijeron fuentes de la caja) es hacerse con Caja Castilla La Mancha (CCM) porque es la caja más redundante con sus negocios. Pese a sus pretensiones, en la caja aseguraron que ahora mismo no tienen ninguna fusión sobre la mesa.