Un atentado suicida pone en jaque al Ejército paquistaní
Mueren más de 40 personas en el cuarto ataque talibán en una semana

Policías y voluntarios trasladan a uno de los heridos del atentado de ayer en Shangla a un hospital de Peshawar. - A. MAJEED / AFP
Un ataque suicida perpetrado ayer a las puertas del valle de Swat, en el noroeste de Pakistán, ha vuelto a poner en jaque al Ejército, tras el asalto realizado durante el fin de semana a su cuartel general en Rawalpindi. Al menos 41 personas perdieron la vida y casi 50 resultaron heridas por la explosión en un concurrido mercado de Shangla.
"El terrorista se hizo explotar al paso de uno de los tres vehículos militares que pasaban por el mercado más frecuentado del distrito", señaló el jefe de la Policía de Shangla, Khan Bahadur Khan. Entre los fallecidos se encuentran 35 civiles y seis soldados.
La bomba explotó en un mercado de Shangla, en el noroeste del país
El Ejército expulsó a los talibanes del valle de Swat en junio después de una larga operación militar que provocó el desplazamiento de un millón de personas. En agosto, los militares mataron a su líder, Baitullah Mehsud, durante un bombardeo aéreo.
Ahora, los insurgentes están devolviendo el golpe. "Vengaremos a nuestros mártires", declaró a Reuters el portavoz de los talibanes paquistaníes, Azam Tariq. Alrededor de 100 personas han fallecido durante los últimos cuatro días en diferentes ataques de los extremistas a lo largo del país, dirigidos tanto a objetivos militares como civiles.
Asalto de 22 horas al cuartel
El Ejército prepara una ofensiva por tierra, tras meses de ataques aéreos
El más inesperado fue el asalto al cuartel general del Ejército en Rawalpindi, que hasta el momento era considerado una fortaleza inexpugnable.
Tras una tensa espera de 22 horas, un comando de operaciones especiales liberó con vida a 39 de los 42 rehenes en la madrugada del domingo. El asalto, reivindicado posteriormente por los talibanes paquistaníes, acabó con la vida de una veintena de personas.
A pesar del relativo éxito del rescate, la invasión del centro de operaciones del Ejército, dejó en evidencia su vulnerabilidad y aumentó la sensación de inseguridad entre los ciudadanos paquistaníes.
Islamabad teme que la influencia de los talibanes se extienda al Punjab
El portavoz de las Fuerzas Armadas, Athar Abbas, declaró ayer que han interceptado una conversación telefónica entre el comandante talibán Wali-ur-Rehman y sus subordinados.
"La llamada nos reveló que el asalto fue planeado en Waziristán del Sur", dijo Abas, añadiendo que Rehman pidió a sus interlocutores que rezasen por el éxito de los ataques. Este distrito, el más extenso de las áreas tribales fronterizas con Afganistán, es el principal bastión talibán en el país.
El Ejército ha anunciado una ofensiva terrestre "inminente" en Waziristán del Sur, pero hasta el momento, los militares se han enfrentado a los talibanes de esa zona con bombardeos aéreos. Desde el viernes, los militares han matado a una veintena de extremistas con misiles, pero el Gobierno es consciente de que los ataques aéreos son insuficientes para acabar con el santuario talibán.
Islamabad teme además que la influencia de los insurgentes se haya extendido del cinturón tribal a la provincia de Punjab, el motor económico de Pakistán. Así se desprende de las palabras del portavoz talibán: "El asalto lo realizó una unidad del Punjab".
La cúpula militar paquistaní ha divulgado que el único talibán superviviente al ataque en Rawalpindi, identificado como Dr. Usman, procede de esta provincia y reconoce que los talibanes han creado vínculos con grupos insurgentes punjabíes. Sin embargo, minimiza su influencia sobre la población.
Advertencia de Clinton
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, advirtió el domingo desde Londres de la amenaza que se cierne sobre el Gobierno paquistaní.
"Ayer hubo otro aviso de que los extremistas () amenazan cada vez más la autoridad del Estado, aunque no hay pruebas de que vayan a hacerse con el poder", indicó la jefa de la diplomacia norteamericana en una rueda de prensa junto a su homólogo británico, David Miliband.
Tanto Clinton como Miliband trataron de reforzar la confianza en la capacidad de Pakistán para retener el control sobre su arsenal nuclear después de este audaz ataque que ha colocado al Ejército en una situación embarazosa. "No existe ninguna amenaza para las instalaciones nucleares de Pakistán", aseguró Miliband.