El SPD sigue sin rumbo tras la debacle en las elecciones
Buena parte del electorado progresista no perdona a este partido los recortes sociales de Schröder

Arno Burgi / efe - Frank-Walter Steinmeier en la comparecencia del 27 de septiembre en la que admitió la derrota electoral del SPD.
Después de once años de Gobierno, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) vegeta en la unidad de cuidados intensivos. Los cambios de personal en la directiva y los últimos pasos en su estrategia de pactos en los länder no permiten adivinar un rumbo claro. Al contrario, evidencian una vez más las contradicciones y ambigüedades que explican su hundimiento al 23% de los votos.
En la oposición, el partido tendrá ahora la oportunidad de debatir abiertamente y de una vez por todas la herencia del ex canciller Gerhard Schröder. Al mismo tiempo, deberá aclarar su estrategia de colaboración con La Izquierda de Oskar Lafontaine, partido con el que pacta en algunos länder pero no en Berlín.
Se pacta con La Izquierda en los länder
El programa de reformas de Schröder en la pasada legislatura, la Agenda 2010, provocó división en las filas del SPD y costó al partido un tercio de sus afiliados. Más allá de su contenido, las reformas fueron sobre todo un desastre de comunicación.
La Cuarta ley de servicios modernos en el mercado de trabajo, conocida como Hartz IV, ha acabado en boca de todos como ejemplo de recorte del subsidio de desempleo y la ayuda social. Nadie se acuerda de que la Agenda también creó 200.000 plazas de guardería.
El SPD no supo vender la reforma de un Estado de bienestar que el democristiano Helmut Kohl y sus aliados liberales no tocaron en 16 años de gobierno. Los defensores de la Agenda dicen que gracias a las reformas, Alemania tiene ahora en medio de la crisis una envidiable tasa de paro del 8%.
Deserción de afiliados
Las reformas han pasado factura al SPD
El rival de la canciller democristiana Angela Merkel en las elecciones, Frank-Walter Steinmeier, no logró desviar de su órbita a la ley Hartz IV. Para buena parte del electorado de izquierdas, el SPD es el partido de los recortes sociales y de la "jubilación a los 67 años".
La Izquierda logró que ese mensaje calara, e impidió al SPD vender su actuación en la gran coalición, donde impulsó algunas de las principales medidas anticrisis.
El filósofo y sociólogo Gert Keil, uno de los artífices de la estrategia de Schröder en los años noventa, cree que el ex canciller "no preparó suficientemente a la opinión pública ni a su propio partido" a la hora de lanzar la Agenda. "Pero no hay que exagerar las dificultades de comunicación", señala Keil a Público.
Bandazo de la izquierda a la derecha
"Había un problema serio más allá de eso. Nos encaminábamos a los cinco millones de parados, y el Estado no sabía si en los próximos tres meses podría pagar las pensiones. Eso desató un cierto pánico en la Cancillería", explica. El SPD reaccionó abandonando su función socialdemócrata tradicional de repartir la riqueza y "ocupó el terreno de la derecha", concluye Keil.
En Turingia, los socialdemócratas se han aliado con Merkel
Indiferente a la deserción de miles de afiliados, Schröder hizo suyo el lema neoliberal de que "no hay alternativa" en política económica e impuso las reformas a su partido.
Ese estilo del ex canciller, criticado por autoritario, no es un fenómeno del pasado, sino que creó escuela en la cúpula del partido.
Hoy como ayer, las bases están que trinan. No entienden que en la noche electoral, el derrotado Steinmeier se autoproclamara jefe de la oposición en lugar de retirarse. El presidente del partido, Franz Müntefering, también tardó un día en anunciar que no se presentará a la reelección.
Reparto de puestos
Steinmeier, representante del ala conservadora del SPD, dirigirá el grupo parlamentario. La presidencia será para el pragmático Sigmar Gabriel, ministro de Medio Ambiente en la gran coalición, y la secretaría general para Andrea Nahles, la líder del ala izquierda. Un congreso en Dresde deberá bendecir este reparto de puestos en noviembre.
Mientras tanto, la estrategia de pactos sigue siendo impredecible. En lugar de aliarse con los verdes y La Izquierda, el SPD del land oriental de Turingia se ha decidido por una gran coalición con el partido de Merkel, y todo por una serie de animosidades personales entre los líderes regionales del SPD y la Izquierda. Las bases quieren boicotear las negociaciones. De momento, los socialdemócratas alemanes no encuentran la calma ni siquiera en la oposición.