Economista de formación, José Luis Ortiz, bilbaíno de 90 años, ha conocido a todos los presidentes de Unión Fenosa desde que, en 1965, heredó las acciones de sus padres. Y así hasta ahora: “Nunca he vendido”, explica, desde su casa en Madrid.

Eso, en el caso de Fenosa, porque, en el de Endesa, de la que también fue accionista, no lo dudó. “Si no hubiera habido una OPA, no habría vendido”, asegura. También tiene acciones de varios bancos, de Iberdrola y de Telefónica.

Cuenta que la Oficina de Atención al Accionista de Unión Fenosa se creó por iniciativa suya en una época, “hace 15, 20 años”, en la que era normal departir con el primer ejecutivo de la empresa antes de cada junta de accionistas.

Escéptico 

Ahora es escéptico respecto a ese tipo de convocatorias: “Son un engaño y el accionista no tiene nada que hacer; si hay algo importante, te dan un regalito y todo el mundo a sentarse y a votar”.

Este ex funcionario se define como “un inversor renta, que está ahí para cobrar el dividendo”. Asegura que, tras jubilarse y cuando era un poquito más joven, iba mucho a la bolsa de Madrid. “Me gustaba, por la tertulia, más que por comprar y por vender; no soy aficionado al juego”.