EFE - El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la embajada de Brasil.

"No pienso moverme de aquí, seguiré luchando de forma infatigable". 

Es la firme declaración de intenciones de Manuel Zelaya, presidente depuesto de Honduras, que se encuentra desde hace tres días en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

En declaraciones a RNE, Zelaya ha argumentado que "lucharemos de pie, no viviremos de rodillas ante un dictadura militar, que me impide ejercer mi mandato constitucional". 

"Un servidor de este país"

El depuesto líder constitucional de Honduras ha reconocido que está tendo, preocupado, y que los golpistas han cercado la embajada de Brasil, por lo que teme que "mercenarios entren en el edificio y hagan un asesinato". 

"Las Naciones Unidas introducen algo de alimento", ha explicado Zelaya, quien se ha definido como "un servidor de este país" que está "por las elecciones, pero ellos no".

"Yo no pongo condiciones para reunirme con Micheletti (presidente golpista)", ha asegurado Zelaya. 

Disturbios

Mientras, los disturbios en Tegucigalpa, la capital hondureña, aumentan a cada día que pasa desde que Zelaya se encuentra en el país.

El Ejército hondureño reprende duramente en la calle las manifestaciones de los seguidores del presidente depuesto, y ya han causado al menos un muerto, aunque el propio Zelaya ha asegurado que el número de fallecidos es de diez.

De momento, los embajadores, incluido el español, ya han vuelto al país para intentar normalizar la situación.