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Jueves, 24 de Septiembre de 2009

La Izquierda quiere cambiar Alemania desde la oposición

El partido está presente en varios estados y prevé aumentar su representación hasta un 10%

GUILLEM SANS MORA ·24/09/2009 - 02:00h

El candidato de La Izquierda, Gregor Gysi, pronuncia el lunes un mitin en su circunscripción del este de Berlín.

Los partidos alemanes han condenado al ostracismo al partido Die Linke (La Izquierda). Nadie quiere aliarse con la formación que presiden Oskar Lafontaine y Lothar Bisky. "Populista", "irresponsable", "sectario", "antieuropeo": cualquier reproche es válido para descalificar a La Izquierda, que aspira a cambiar a los demás partidos desde la oposición. Todas las encuestas pronostican que en las elecciones del domingo esta formación aumentará su representación del 8,7% al 10%.

Bisky, presidente también de la Izquierda Europea, desmonta una por una las acusaciones contra su partido, fundado en 2007 a partir de la fusión de los poscomunistas del este alemán con socialdemócratas y sindicalistas del oeste, que abandonaron el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) desilusionados con la política del ex canciller Gerhard Schröder.

La Izquierda se fundó en 2007 a partir de la fusión de descontentos del este y del oeste

"No somos antieuropeos", postuló el lunes Bisky en Berlín. "Es el Tratado de Lisboa el que no es proeuropeo. El Tratado de Lisboa supone el rearme. ¿Para qué necesita Europa rearmarse?", añadió. ¿Y el populismo? Para Bisky, la subvención para estimular la venta de coches que aprobó la gran coalición de Angela Merkel es populismo por definición.

El grupo parlamentario de La Izquierda, liderado por Lafontaine y el carismático abogado del este Gregor Gysi, fue el primero en denunciar que la ayuda social de Schröder era de 311 euros en el este y 345 en el oeste.

Un sueldo mínimo por ley

También fue el primer partido que habló de la necesidad de establecer un sueldo mínimo por ley. "Ahora, casi todos los partidos están a favor", dice Bisky. Es un escándalo, afirma, que una peluquera de Sajonia gane 3,40 euros por hora.

Pero el principal activo de La Izquierda no es tanto la coherencia de su programa político como el carisma de sus principales figuras. Gysi concentró el lunes en su circunscripción del este de Berlín a medio millar de seguidores que le escucharon embelesados. Situado en el extremo este de Berlín, Treptow-Köpenick es un barrio con una tasa de paro del 17% y donde no es raro encontrar a neonazis tomando cerveza en la calle.

"La crisis no la causó sólo EEUU, sino también Barroso, Merkel y el SPD", proclama Gysi

Gysi sabe que va a ganar el escaño por goleada, pero quiere asegurárselo y les dice a sus simpatizantes lo que quieren oír. El público, con una gran proporción de jubilados, ya sabe que La Izquierda quiere la retirada alemana de Afganistán. Por eso, acentúa el detalle de que"el 40% de nuestros soldados en Afganistán procede del este".

Bisky, como Gysi, está convencido del poder de la oposición. "Nosotros proponemos, y después los otros ceden", dice. Atribuye a la actuación de su partido el giro a la izquierda del SPD y la transformación de Angela Merkel en "la mejor líder socialdemócrata del país". Esto último es una ironía, se sobreentiende.

Los responsables de la crisis

La ausencia de expectativas de Gobierno permite a Bisky llamar a las cosas por su nombre: "Que la crisis la provocaron los bancos de EEUU es una leyenda y es mentira. Fueron también los bancos europeos y los alemanes, el señor Barroso en Bruselas y la señora Merkel y el SPD en Alemania".

La Izquierda obtendrá más votos que la última vez en estas elecciones, ninguna encuesta lo pone en duda. Su avance en el oeste del país parece imparable. Ya tiene representación en los parlamentos de los landër (estados federados) de Hamburgo, Bremen, Hesse y Baja Sajonia, además del Sarre, donde Lafontaine acaba de cosechar un sensacional 21,3% de los votos. La perspectiva de entrar en otros cuatro en las próximas elecciones regionales es real.

"La estrategia es hacerles entender que son gente muy distinta"

Pero el problema del partido en el oeste es su personal. Ulrich Maurer, un veterano ex político del SPD habla de "un 10% de sectarios" en esas agrupaciones. Es una estimación muy benevolente, a juzgar por las guerras intestinas que libran allí marxistas, comunistas, socialrevolucionarios, anticapitalistas y antisistema de todo pelaje. "La estrategia es hacerles entender que son gente muy distinta, pero que dependen unos de otros", explica Maurer a Público.

En la directiva de la agrupación del Estado de Schleswig-Holstein, figura, por ejemplo, un tal Volker Rätzke, un tipo que llegó a pesar 220 kilos y es conocido en todo el país por participar en programas de televisión con consejos para adelgazar. Rätzke vende caldos escoceses en Internet y se presenta en la plataforma MySpace como "embajador del whisky".