Apuesta por las soluciones
La opinión de la vicepresidenta del PSC sobre la manifestación de Barcelona
Manifestarse es un ejercicio de salud democrática, pero tiende al equívoco cuando algunos deciden jugar con lo que representa en beneficio de estrechos intereses de partido. Así, la manifestación de hoy, convocada desde la ciudadanía, ha visto tergiversada su auténtica finalidad.
¿Cual es, entonces, su objetivo? ¿La petición del traspaso de Cercanías, la dimisión de una ministra, una reafirmación nacional? ¿O un intento de arañar votos?
Desde el PSC respetamos la decisión individual de manifestarse, faltaría más. Pero no estaremos en la manifestación por tres motivos muy claros.
Primero, porque hace muchos años que el gobierno catalán, en representación legítima del pueblo de Catalunya, ejerce el derecho a decidir sobre las infraestructuras. Lo ejerció, sin ir más lejos, Artur Mas cuando su gobierno aprobó el trazado del AVE. Lo ejerció también cuando decidió priorizar el AVE por delante de Cercanías, de acuerdo con el ministro Álvarez-Cascos.
En segundo lugar, el derecho a decidir sobre infraestructuras está recogido en el Estatut que la ciudadanía decidió aprobar -en referendum- hace algo más de un año. Gracias al Estatut, será una realidad el traspaso de Cercanías que CiU no sólo no pidió, sino que lo rechazó cuando se lo ofrecieron.
Conviene recordar que la plataforma convocante de la manifestación de hoy salió a la calle el año 2006: se manifestaron contra el Estatut que recoge lo que hoy pedirán en Barcelona. Desde mi punto de vista, no hacen ningún favor a la causa independentista reivindicando un derecho que ya ejercemos.
Y en tercer lugar, no iremos a la manifestación porque el actual gobierno de España está haciendo la mayor inversión de la historia en Catalunya. Son 4.300 millones en los últimos presupuestos. Y la Generalitat en representación del pueblo de Catalunya decidirá los proyectos a los que destinará la mitad de este dinero, tal como prevé el Estatut.
Cabría añadir un cuarto motivo: para nosotros no sería coherente manifestarnos contra un gobierno que está aportando soluciones y del cual formamos parte. Los socialistas mantenemos nuestra apuesta por resolver los problemas y ofrecer a los ciudadanos los mejores servicios.
Puestos a hablar de soluciones, el calendario ya lo marcó el presidente Montilla: primero, la seguridad de usuarios y trabajadores; segundo, el restablecimiento del servicio de Cercanías y de Ferrocarriles de la Generalitat; y, finalmente, la llegada del AVE. Estas son las prioridades correctas, y no el acto de hipocresía de CiU ante la próxima cita electoral.
Convergència i Unió sale hoy a la calle con una pancarta intentando hacer olvidar que mientras governaba y daba su apoyo a José María Aznar, la inversión en Cercanías cayó de los 15,5 millones presupuestados en 2001 a los 12,3 del 2003. Que mientras CiU votaba incondicionalmente los presupuestos del PP, éste invertía un 40 por ciento más en Madrid que en Barcelona.
Hoy Artur Mas y los suyos han decidido manifestarse contra las decisiones que tomó su propio gobierno. Nosotros creemos estar haciendo lo que nos corresponde: trabajar para solucionar el problema y reparar los errores del pasado.