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Sábado, 9 de Mayo de 2009

El Sevilla despierta de la siesta

Gana al Mallorca con buen juego. El equipo recuperó el juego por bandas

ALBERTO CABELLO ·09/05/2009 - 23:00h

AFP - Jesús Navas celebra uno de los goles del Sevilla contra el Mallorca.

Cuando Luis Fabiano mantiene el gesto relajado, el fútbol lo agradece. Esta temporada ha teatralizado demasiado sus enfados, se enfurece al minuto de sentirse aislado de los partidos. Su genio le pierde. Este sábado al fin endulzó su retrato, se sintió partícipe del gran juego colectivo del Sevilla. El excelente encuentro del brasileño resultó definitivo para vencer al Mallorca. Jiménez volvió a abrirle las alas a la alineación. Recuperó los extremos en una decisión que el espectador siempre agradece.

A los baleares ya les han entregado las notas y están de viaje fin de curso. Han completado una segunda vuelta brillante hasta sellar una permanencia en discusión en el meridiano de la liga. Con la camisa de palmeras y el bañador, el equipo de Manzano se presentó en el Pizjuán con ganas de disfrutar, de gustarse, de sacar adelante el partido con buen fútbol.

Sorprendió la propuesta en el arranque. Sostenido en Martí y Cléber; el Mallorca entró en al campo con más vigor. El intercambio de posiciones entre Arango y Jurado despistó a la zaga sevillista. El gaditano arrancó un centro para Adúriz en el primer palo. El delantero vasco fue astuto para adelantarse a Escudé en el balón dividido.

El gol abofeteó al Sevilla. Puso en marcha una máquina desaparecida desde hace semanas en el Pizjuán. La coincidencia en el dibujo de Navas, Capel, Kanouté y Luis Fabiano da calambre. Creó el equipo más ocasiones en un minuto que casi en un mes. El rival cedió terreno en busca de la contra definitiva.

El punta brasileño se hizo querer. Maniobró con sutileza entre sus pares gracias a esa conexión privilegiada que tiene con Kanouté. Escorado a la derecha, el carioca provocó el penalti del empate. El equipo recuperó ese instinto de fiera insaciable,con ansia de arrollar al contrario hasta la asfixia. El Mallorca perdió foco hasta ceder todo el escenario a un depredador hambriento.

La segunda parte tuvo el mismo perfil. El acoso local tuvo recompensa en una grandiosa jugada individual de Luis Fabiano finiquitada con una perfecta definición ante Moyá. Faltaba la rehabilitación de Navas. Mudo en las últimas semanas,  gritó con tanta fuerza como su tiro a la escuadra mallorquina.