Los depósitos estructurados ya dieron problemas
La Comisión Nacional del Mercado de Valores es consciente de que los clientes de las entidades financieras contratan en la mayoría de los casos lo que el director de su sucursal les vende, sin entender del todo el producto y sin preguntarse si lo que están comprando es adecuado para su perfil de inversor o es lo que conviene a su banco o caja.
En los últimos años, el organismo supervisor ha tenido que hacer frente a muchas reclamaciones de usuarios que se quejaban de que les habían vendido una cosa diferente a la que les habían explicado. El caso más sonado fue el de los depósitos estructurados, unos productos que muchas entidades financieras vendieron a principios de la década (captaron más de 6.000 millones de euros) como depósitos tradicionales sin riesgo y que hicieron perder la mayoría de sus ahorros a miles de inversores porque dependían de la evolución de acciones extranjeras de alto riesgo. En muchos casos, los jueces obligaron a los bancos a devolver el dinero por no haber informado a los usuarios correctamente de lo que les habían vendido.
La CNMV quiere evitar ahora que pase lo mismo con las participaciones preferentes, unos títulos que la banca necesita vender porque elevan su solvencia, pero que pueden provocar importantes pérdidas a quieneslas compren.