La Guardia Civil busca restos orgánicos en las clínicas
Los centros abortivos registrados no tenían “trituradoras para fetos”
La Unidad de Criminología de la Guardia Civil, según fuentes cercanas a la investigación, aseguró ayer que no ha encontrado en las clínicas de Barcelona sospechosas de realizar abortos ilegales ningún tipo de maquinaria para deshacerse de los fetos triturándolos, como publicó ayer un medio de comunicación. Este grupo policial prosigue su trabajo de recopilación de pruebas, buscando restos orgánicos donde no debería de haberlos. El objetivo es descubrir cómo se deshacían de los residuos.
Ésa es la principal duda que surge: si realmente se han realizado interrupciones de embarazos a mujeres en un avanzado estado de gestación (se habla de hasta ocho meses) y, por lo tanto, ilegales. También se especula sobre cómo se habrían deshecho de fetos en casos en los que pueden pesar más de dos kilos. Además, cualquier práctica fuera de la ley en este tema siempre deja restos de los que no es fácil deshacerse. El proceso de tratamiento de residuos de este tipo es muy complicado y está muy controlado por la Generalitat de Catalunya.
Tratamiento de residuos
Dentro de los residuos sanitarios, es decir, todos los que genera un centro hospitalario, existe el llamado grupo de residuos sanitarios específicos o de riesgo. Se trata de menos del 10% de los que genera cualquier hospital y comprende desde agujas y material punzante (jeringuillas y demás) hasta residuos anatómicos, que comprenden cualquier componente humano que se pueda reconocer como tal. Entre ellos, restos procedentes de amputaciones o cualquier otra intervención quirúrgica.
Manel Llorens, director del Programa de Gestión de Residuos Sanitarios del Departament de Salut de la Generalitat, explica que todos los pasos que se dan en la recogida de restos sanitarios siguen un protocolo muy estricto: "Los centros de asistencia gestionan de manera interna este tipo de residuos potencialmente peligrosos para la salud. En Catalunya, todos los centros clasifican los desperdicios desde su origen de manera muy meticulosa y todo está bajo control".
Plantas controladas
Una vez separados los residuos, y ya bajo la tutela de la Agència Catalana de Residus, existen unas empresas especializadas que se encargan de transportar el material de riesgo a dos únicas plantas responsables de su tratamiento, en Constantí (Consenur) y en Sant Cugat del Vallès (Ecoclínic). "Estas instalaciones se deshacen de los productos mediante un proceso previo e imprescindible de esterilización por vapor al vacío y, en última instancia, los trituran", explica Llorens. En ningún caso un centro sanitario puede disponer de una trituradora de estas características.
Un feto de ocho meses no pasaría los controles que exige la ley. Ese caso, además, competería a la Policía Sanitaria Mortuoria, ya que jamás se podría considerar que un ser de más de dos kilos de peso es un residuo.