El poblado de las Mimbreras se enfrenta a pedradas con la Policía
Los habitantes creyeron que les iban a desalojar y prepararon barricadas y trincheras. La Policía sólo fue porque alguien desde el poblado tiraba piedras a la M-40.

ÁNGEL NAVARRETE - Un niño pasea con un escudo de la policía en el poblado de las Mimbreras.
Unos acudieron al poblado para que dejaran de lanzar piedras a la M-40 y otros les esperaban porque creían que les iban a derribar sus chabolas. Cuando agentes de la Unidad de Intervención Policial (conocidos como antidisturbios) se acercaron ayer al poblado chabolista de Las Mimbreras fueron recibidos a pedradas por los habitantes que les esperaban atrincherados en barricadas. En un momento se organizó una enorme batalla, aunque no hubo heridos.
Hace dos días, según cuentan los vecinos, derribaron una de las cinco casas que quedan en el poblado, el resto, unas 130, son chabolas. El Ayuntamiento está desmantelando el poblado, así que, en previsión de que ayer hubiera otro derribo, los vecinos se organizaron para evitarlo, igual que ocurrió hace un mes en la Cañada Real Galiana.
Sobre las ocho de la mañana, varios habitantes, la mayoría de etnia gitana, montaron una barricada en el único acceso al poblado, situado al sur de Madrid, cerca del aeródromo de Cuatro Vientos. Con dos grandes piedras cortaron el tránsito, volcaron contenedores y les prendieron fuego. Luego esperaron a las excavadoras. Nunca llegaron.
Agentes antidisturbios
Tres horas después aparecieron varias furgonetas de antidisturbios. Cuando los agentes se bajaron de los vehículos, los habitantes les esperaban con piedras en las manos. Lo que los vecinos no sabían es que la Policía no iba a derribar ninguna casa sino a buscar quién tiraba piedras a la M-40 desde un puente cerca de las Mimbreras.
Por la mañana alguien llamó a Policía para alertarles. Una patrulla de la comisaría de Latina, a la que pertenece el poblado, se acercó hasta allí y les recibieron a pedradas, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Fue entonces cuando decidieron enviar a los antidisturbios.
Al llegar también se encontraron con una lluvia de piedras, pero esta vez para impedir el derribo de las viviendas. Al final, no hubo heridos, y poco después de las dos de la tarde los agentes dejaron el poblado. Tampoco hubo derribos, porque ayer no tocaba, según indicaron desde la delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.
"No tenemos otro sitio a dónde ir, llevamos aquí empadronados más de ocho años y ahora nos quieren echar". Tras el enfrentamiento llegaban los lamentos de Juana, de 24 años, casada, con una niña de tres y con un bebé en camino."Nosotros no queremos nada gratis, estamos dispuestos a pagar un alquiler o lo que sea, pero qué hacemos con los niños pequeños en la calle", se quejaba.
Sin derecho a realojo
Fuentes de Urbanismo aseguraron ayer que los habitantes de Las Mimbreras no tienen derecho a realojos porque las construcciones son ilegales.
"Si construir aquí era ilegal, por qué nos han dejado establecernos todos estos años, la policía ha venido siempre y nunca nos lo ha prohibido", decía el marido de Juana, Israel Moreno. A ambos les llegó el pasado domingo una notificación de desalojo que podrán recurrir.
Los derribos que se han producido en los últimos meses en este lugar, según explicaron desde Urbanismo, son de casas ocupadas "de manera ilegal". Indicaron que con las chabolas el proceso acaba de empezar: "Todavía pasará bastante tiempo hasta que se lleven a cabo las primeras demoliciones".
El poblado estará desmantelado en 2011
Uno de los objetivos de la legislatura de Alberto Ruiz-Gallardón es acabar con los núcleos chabolistas. El Plan Integral de Vivienda y Suelo 2003-2008 tiene por objetivo erradicarlas. Según anunció el Ayuntamiento en abril de 2007 ya se habían derribado 760 y realojado a 436 familias.
En los próximos desmantelamientos se incluía a Las Mimbreras y se aseguraba que se realojaría a todas las familias, a pesar que ahora el Ayuntamiento dice que no tienen derecho.
El poblado se creó en 1995, cuando fueron realojadas las primeras 50 familias, procedentes del Cerro de la Mica y del Pozo del Huevo. Luego, el asentamiento ha ido creciendo con los se fueron construyendo sus chabolas. La mayoría se dedica a la chatarra y a la venta ambulante.