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Viernes, 16 de Enero de 2009

El Gobierno admite que se pudo actuar mejor ante la nevada

El Ejecutivo remitirá en 2010 al Parlamento un proyecto de ley para ofrecer mayor protección a los usuarios y aumentar la coordinación entre las administraciones 

G. L. A ·16/01/2009 - 15:08h

EFE - Los vicepresidentes del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes.

La culpa no fue de los servicios de meteorología, como en un principio apuntó la ministra de Fomento, sino básicamente de unos protocolos de actuación demasiado rígidos para responder con eficacia a situaciones de emergencia. Esta es la principal conclusión, aunque no la única, del informe elaborado por la Vicepresidencia del Gobierno sobre las causas del caos provocado en Madrid, y especialmente en el aeropuerto de Barajas, por la fuerte nevada que azotó media España el pasado día nueve.

"Pudimos haberlo hecho mejor. Llegamos tarde", reconoció ayer sin tapujos la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega al presentar el resultado de la investigación sobre unos hechos que afectaron a 45.000 viajeros, y provocaron la cancelación de 571 de los 1.123 vuelos programados en Barajas para ese día.

En consecuencia, la portavoz del Gobierno reiteró la petición de disculpas a los ciudadanos y anunció media docena de reformas inmediatas para que no se repita lo ocurrido.

Sin margen de tiempo

Según el relato hecho ayer por De la Vega, a partir de la información recabada de los nueve ministerios que tenían alguna competencia en la materia, con los protocolos vigentes la primera alerta meteorológica sólo implicaba un estado de "preemergencia", lo cual no conllevaba ninguna actuación concreta. Cuando la previsión meteorológica cambió y el código pasó de amarillo a naranja el nivel a partir del cual se activan los protocolos de actuación, ya era tarde para minimizar las consecuencias porque "la borrasca arreciaba y variaba rápida e inesperadamente de dirección".

El informe defiende que el cierre durante cinco horas del aeropuerto de Barajas "fue una decisión acertada y correcta", al primar la seguridad de los pasajeros. 

No obstante, matiza que "falló la comunicación" porque "los viajeros no tuvieron información clara de los retrasos o de las cancelaciones de sus vuelos, información que han de suministrar al aeropuerto las compañías aéreas".

Así, el Gobierno concluye que "el conflicto de Iberia agravó la situación", no sólo por esa deficiente información, sino porque, cuando pasó el temporal, la aerolínea no disponía de personal ni de aviones suficientes para restablecer la normalidad con prontitud.

De la Vega descartó que lo ocurrido deba acarrear destituciones, singularmente en el Ministerio de Fomento. "Más que ineficacia de personas, lo que hemos constatado es la ineficacia de los protocolos de actuación", alegó finalmente la portavoz del Ejecutivo.