Esplendor Geométrico, dos oportunidades

Esplendor Geométrico.
No se preocupen si no entienden del todo la etiqueta música industrial: se trata de un cajón de sastre donde, desde la segunda mitad de los setenta, se reúne a diversos grupos experimentales que trabajan con ruido, ritmos áridos y planteamientos sonoros iconoclastas. Los pioneros de la península fueron Esplendor Geométrico, que tocan el jueves en Barcelona (Apolo) y el viernes en Madrid (Ritmo y compás).
Casi tres décadas después de su formación, Arturo Lanz (uno de los fundadores) mantiene vivo el proyecto, convertido en grupo de culto. España sólo representa el 20% de sus ventas. El resto se reparten por Italia, Alemania y Holanda, entre otros países. ¿Los interese actuales de Lanz? “No he evolucionado mucho. La novedad es que ahora meto sonidos étnicos, cosas de Asia que veo que cuadran . Lo que más me interesa hoy es la música repetitiva. Encuentro estas canciones en Internet y no investigo sus orígenes, sólo miro si me sirven y las paso por los aparatos hasta que apenas se reconocen “, dice.
Lanz militó fugazmente en Aviador Dro, pero enseguida abjuró del pop para embarcarse en algo mucho más radical. Componía obras abrasivas con títulos de resonancias estalinistas (El acero del partido/ Héroe del trabajo) o directamente sádicas (Necrosis en la poya). Obviamente, no encajaron en la Movida. “Que un señor alcalde y catedrático diga a la multitud que se fume un porro para así captar voto joven no es algo que me atraiga”, dice.
Hoy admite sonriendo que no interviene en sus portadas, ni escoge el título de sus canciones. Lo hacen otros colaboradores por él. “No quiero intelectualizar mis discos. Tampoco soy músico. Llevo un tiempo usando un programa de ordenador tipo Protools con el que he descubierto cosas, pero al final decido no usarlo porque queda artificial. A mí lo que me gusta es no pensar. Siempre he sido así”, admite. Esta gira española es una oportunidad de ver a un grupo mítico de nuestra música experimental.