Calexico, la caravana del rock mariachi
El grupo que sintetizó el rock alternativo con el sonido mexicano presenta su último álbum, ‘Carried to dust’

PÚBLICO - Calexico, el grupo que le añadió trompetas y guitarras españolas al rock indie.
Calexico es una ciudad californiana pegada a México. Detrás de la 1st Street, una larga avenida de la localidad, está el país azteca. Situada a unas 100 millas de la costa del Pacífico, uno de los mayores acontecimientos que se celebran en la ciudad es el festival mariachi anual, que tiene lugar cada 25 de marzo. De esta pequeña población fronteriza sacaron el nombre de su banda Joey Burns y John Convertino, dos inquietos músicos de Tucson (Arizona) que lograron uno de esos milagros musicales que se dan sólo de vez en cuando: que el rock indie sonara a mariachi.
Calexico, la banda, inicia el jueves en Madrid una gira española para presentar su último disco, Carried to dust. El tour también visitará Vigo (16), San Sebastián (17), Zaragoza (18) y Barcelona (20). Conciertos que prometen ser, como dice el propio Convertino, “una fiesta impredecible”: “Cambiamos mucho las canciones de una noche a otra. Necesitamos dejar el repertorio abierto para responder a la atmósfera que se crea en la sala. Cada público es distinto, así que nos gusta cambiar las canciones en función del ambiente”.
Tequila y cine
La música de Calexico es la que sonaría, imaginen, en un bar de carretera de la Ruta 66 a su paso por Nuevo México. Allí habría dos chicanos, un policía, una camarera de caderas anchas, beberían tequila, olería a tabasco y la luz sería tenue. Y, por qué no, Tarantino estaría filmando la escena. “Hay una gran conexión entre nuestra música y el cine. Nosotros empezamos tocando canciones instrumentales con la banda Friends of Dean Martinez. Nos dimos cuenta de que esas canciones tienen un trasfondo diferente a las que llevan letra. Por otro lado, tan pronto como acabamos el disco The black light (1998), muchos directores nos llamaron para meter esas canciones en sus filmes”, recuerda Convertino, batería de Calexico.
Burns y Convertino viven en Tucson, una localidad de Arizona cercana a México, pero su conexión latina viene de más atrás. Así lo explica Convertino: “Joey creció en California, escuchando mucha música mexicana. Iba a México de vacaciones y traía música de allí. Por mi parte, yo siempre he adorado el jazz, sobre todo cuando Duke Ellington lo combinaba con sonidos latinos. También Santana o Horace Silver… Como batería siempre amé esos sonidos. Dizzy Gillespie vino a mi pueblo cuando yo era un crío. Él utilizaba muchos ritmos afrocubanos con su banda. Y ahí me abrí a esos sonidos. Es algo con lo que crecimos”.
Tras su paso por España, el grupo recorrerá toda Europa. “Hemos tocado con franceses, italianos... Y en nuestro grupo hay dos alemanes, así que estamos acostumbrados a Europa”, concluye Convertino.
Universo caléxico
La vida hiperactiva de un grupo de Tucson
CONEXIÓN ESPAÑOLA
Jairo Zavala y Amparanoia, colaboradores
Los amigos españoles de Calexico no pertenecen a ningún grupo de la escena indie. Se trata de Jairo Zavala, antiguo guitarrista de La Vacazul y ahora en solitario como Depedro, y Amparo Sánchez, Amparanoia. El primero será el guitarrista del grupo en la presente gira europea y, además, actuará como telonero.
LOS MÚSICOS
Una banda dividida a ambos lados del atlántico
Dos de los miembros estables de Calexico son alemanes, lo que complica un tanto la dinámica creativa del grupo. “Afortunadamente, la tecnología ha evolucionado mucho y ahora puedes grabar pistas, enviar los MP3, grabar encima y enviarlas de vuelta”, dice Convertino.
COLABORACIONES
Nancy Sinatra, Iron & Wine, Françoiz Breut...
Desde el inicio de su carrera, Calexico se ha caracterizado por su tendencia a compartir escenario o estudio de grabación con otros artistas. “Cada vez que trabajas con alguien, aprendes algo de él”, explica John Convertino. En su Myspace tienen una excepcional colaboración con Jim James, cantante de My Morning Jacket.
OBAMA
La gran esperanza blanca
Según John Convertino, “no creo que la esperanza sea suficiente, pero sí un buen sitio para empezar. Hay que trabajar. Es lo que necesita la esperanza: que trabajemos”.