Moratinos recurre a Turquía para poder dialogar con Hamás
Siria informa al ministro español de su negativa a presionar al grupo islamista

AFP - El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dialoga con su homóloga israelí, Tzipi Livni.
Antes de firmar un alto el fuego en Gaza, Hamás e Israel quieren estar seguros de poder vender el acuerdo como una victoria propia. Mientras el Gobierno israelí pretende que el pacto se vaya aplicando por fases, los dirigentes de Hamás exigen que el cese de hostilidades y la apertura de los pasos fronterizos se produzcan de manera conjunta.
Los islamistas intentarían así salvar la cara al lograr una mejora de las condiciones de vida de los habitantes Gaza con respecto a la situación que se vivía antes de la ofensiva israelí. El Gobierno israelí, condicionado por la celebración de elecciones el próximo 10 de febrero, quiere establecer un alto el fuego permanente y posponer la apertura de los pasos para la entrada de ayuda humanitaria durante, al menos, una semana.
La ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, insistió ayer en las condiciones de Tel Aviv para aceptar el plan propuesto por Egipto y apoyado por las diplomacias francesa y española. "No volveremos al punto inicial", dijo Livni al subrayar que sólo aceptarían un alto el fuego permanente.
Livni, candidata del partido Kadima para las elecciones de febrero, se entrevistó en Tel Aviv con Miguel Ángel Moratinos, quien espera un acuerdo de alto el fuego "en los próximos días".
El ministro español de Exteriores volvía de Damasco con el objetivo de transmitir el mensaje obtenido en el complicado negociado que supone para la diplomacia europea tener que persuadir a Hamás a través de canales indirectos.
Los países de la UE no mantienen, oficialmente, contactos con Hamás. Para mediar entre ambos, España ha utilizado a sirios y turcos. Damasco, con su propio frente negociador abierto con Israel, no está dispuesta a presionar a Hamás pero Ankara sí se ha ofrecido a colaborar.
Los diplomáticos de Oriente Próximo, acostumbrados a los fracasos de última hora, siguen encomendados a su tradición enigmática y no hacen público ninguno de los avances que van logrando. La aportación turca se centraría en el control del paso fronterizo de Rafah, entre Gaza y Egipto.
Israel exige que alguien se comprometa a impedir el tráfico de armas por los túneles con Egipto. Hamás ha mostrado su disposición a la presencia turca en la frontera.
Pero el problema está en definir el papel concreto de la misión de Turquía. Si se tratará de simples observadores o controladores de aduanas, algo para lo que también se ha ofrecido España, o tendrán un papel más activo que podría incluir su presencia en suelo egipcio, algo que El Cairo no está dispuesto a aceptar.