Roman Polanski, contra el sistema judicial de California
El cineasta, fugado de EEUU hace tres décadas por tener sexo con una menor, pone en duda ahora el proceso que le condenó

REUTERS / INA FASSBENDER - Roman Polanski, fotografiado en septiembre durante la presentación del musical basado en 'El baile de los vampiros' en Oberhausen, Alemania.
Atacar a un sistema judicial que le declaró culpable de un delito que efectivamente había cometido. Es la última estrategia de Roman Polanski para acabar con sus tres décadas de destierro. El cineasta quiere cuestionar a todo el sistema judicial del condado de Los Ángeles por la gestión del caso de mala conducta sexual que hizo le convirtió en fugitivo en Estados Unidos y por el que tuvo que huir a Francia en 1978.
Los abogados del director, de 75 años, presentaron esta semana unos papeles judiciales ante el tribunal pidiendo que el asunto sea referido al Consejo Judicial de California para la "selección de un responsable jurídico imparcial y que sea de fuera del condado".
La medida legal se da un mes después de que los abogados presentaran una moción que buscaba desestimar todo el caso, citando "nuevas pruebas extraordinarias" de mala conducta de fiscales y jueces.
La vista por la petición para desechar el caso está programada para el 21 de enero. La oficina del fiscal del distrito presentó su respuesta formal el martes, rechazando la propuesta.
Exilio
Polanski, ganador de un premio de la Academia en 2003 por dirigir el drama sobre el holocausto El pianista, huyó de Estados Unidos en 1978 mientras esperaba ser sentenciado después de haberse declarado culpable de los cargos de tener sexo con una menor de edad. Originalmente se le llegó a acusar de violación, ya que la menor contaba con apenas 13 años. El director insistió en que la relación fue consentida y sólo se declaró culpable de mantener relaciones con ella, una conducta que, dada la edad de la chica, está castigada con hasta 20 años de cárcel en Estados Unidos.
Ciudadano francés, no puede ser extraditado pero afronta la posibilidad de ser arrestado como fugitivo de la justicia desde el momento en el que ponga pie en suelo estadounidense. Es por eso que el cineasta no planea presentarse durante el procedimiento y deja todo en manos de sus abogados.
El intento del director para que se deseche el caso tiene su origen en que el ahora fallecido juez de la Corte Suprema del condado de Los Ángeles a cargo del proceso fue influido de modo inadecuadamente por el fiscal de distrito David Wells, actualmente jubilado, antes de la sentencia. Esta relación saltó a la luz hace un año gracias a un documental sobre la figura de Polanski.
La víctima del caso, Samantha Geimer, ya tiene más de cuarenta años y considera que el largo exilio del cineasta ha sido suficiente castigo. Añade además que no considera que sea un peligro para la sociedad.