La guerra del gas entre Ucrania y Rusia empieza a notarse en Europa
Hungría y Polonia comunican a Gazprom un descenso en la presión del gas procedente de Kiev

efe - Boyarka, cerca de Kiev (Ucrania), por donde pasa el gas ruso de camino a Europa.
El guión de la primera guerra del gas, cuando en enero de 2006 Rusia cortó el suministro a Ucrania igual que ha hecho ahora, se está repitiendo con mucha más precisión de lo que hubiera deseado Europa en general, y la recién estrenada presidencia checa, con pocas ganas de intervenir en el conflicto, en particular.
Algunos países europeos comenzaron a sentir ayer el descenso en el suministro de gas de Rusia, al tiempo que Moscú acusaba a Ucrania, como hizo entonces y como advirtió que ocurriría también en esta ocasión, de robar el gas de tránsito. La compañía estatal ucraniana Naftogaz negaba mientras tanto estar desviando más gas del que pasa por tierras de Ucrania de camino a Europa de lo advertido, cantidad que estaría compensada por el aumento del volumen anunciado por Moscú.
La rusa Gazprom aseguró ayer que algunos países de los Balcanes le habían comunicado estar recibiendo menos gas del que habían pedido e importadores en Hungría y Polonia aseguraron que ha descendido la presión.
"Comenzó a declinar a las 15 GMT. La presión está cayendo continuamente. Sin embargo, la caída no ha alcanzado un nivel crítico". Así se expresaba Edina Lavatos, portavoz de la subsidiaria de transmisión de gas natural de la compañía energética húngara MOL.
El monopolio ruso dijo que está respondiendo a las acciones de Ucrania aumentando las exportaciones a través de rutas alternativas como Bielorrusia. Polonia asegura que la caída del 6% en los envíos desde Ucrania, está siendo compensada de momento.