El PP nacional se niega a terciar entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón y no está dispuesto a tomar partido públicamente por ninguno de los dos en la disputa sobre la supremacía de poder en Caja Madrid, aunque hasta ahora oficiosamente ha apoyado la continuidad de Miguel Blesa en el sillón de presidente.

El portavoz económico del partido, Cristóbal Montoro, se limitó ayer a pedir “responsabilidad” a Aguirre y Gallardón, a los que reclamó que cualquier cambio que introduzcan en la caja tenga como objeto la “estabilidad y gobernanza” de la caja, con la “menor injerencia política posible”. A partir de ahí, cada uno debe responder como tenga a bien, dijo el responsable nacional del PP, que quiera o no quiera tendrá que tomar partido en esta guerra porque Aguirre aprobó ayer una ley que Ruiz-Gallardón está dispuesto a llevar a los tribunales.

Si esto ocurre, Mariano Rajoy no podrá seguir al margen de las desavenencias que separan a los dos líderes del PP de Madrid. Entonces, deberá optar por parar los pies a Gallardón e impedirle que recurra la ley o bien frenar a Aguirre y convencerla de que deje la aplicación de la norma para el próximo proceso electoral, el de 2015.

Aunque Blesa es amigo personal del ex presidente José María Aznar, en la dirección nacional insisten en que no harán “una política de nombres propios”, como “nunca” lo han hecho. Montoro juró y perjuró: “No ha habido ningún cambio de criterio”.