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Miércoles, 24 de Diciembre de 2008

El rey admite que no hay "recetas mágicas" contra la crisis

El monarca propone reforzar "la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado"

YOLANDA GONZÁLEZ ·24/12/2008 - 19:57h

La crisis económica y financiera fue uno de los principales ejes del mensaje de Navidad del rey Juan Carlos. El monarca se mostró convencido de que para hacer frente a la actual situación “no hay recetas mágicas”. No obstante, apostó por “reforzar la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado”. Pese a que no obvió que la crisis es “seria”, apuntó que “no es tiempo para el desánimo”.

 su juicio, “hemos logrado salir adelante con fuerza de otros periodos y reemprender el camino aún con mayor dinamismo”. El treinta aniversario de la Constitución y la lucha contra el terrorismo fueron los otros dos ejes del discurso.

Para superar las dificultades económicas, el rey considera clave lograr “más eficiencia y competitividad”, más “innovación tecnológica” y “elevar” la “educación y preparación de nuestros jóvenes”.

“Tirar del carro”

Juan Carlos I insistió en la necesidad de que exista “diálogo y colaboración” y que se anteponga “el interés general sobre el particular”. Tras un año en el que la crisis económica ha servido de motivo de enfrentamiento político, el monarca recuerda que para recuperar la confianza de los ciudadanos es necesario el “empeño del conjunto de nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales”. En ese sentido, destacó la necesidad de “tirar del carro en la misma dirección, aportando cada uno su grano de arena”.

Planteamientos solidarios

En referencia al 30 aniversario de la Constitución, que se cumplió el pasado 6 de diciembre, el rey consideró que este recorrido deber servir a los españoles para felicitarse “por lo mucho conseguido” y llenarse de energía y confianza “para seguir avanzando como gran Nación”. A su juicio, este avance debe hacerse “mediante planteamientos integradores y solidarios”.

El monarca sostiene que la Carta Magna “articula nuestra diversidad territorial, y asegura nuestra estabilidad y progreso”. “Sus reglas, valores y principios son hoy nuestra principal fuente de fortaleza como nación moderna”, añadió.

"La Carta Magna articula nuestra diversidad territorial y asegura nuestra estabilidad y progreso”

Las menciones a la lucha contra el terrorismo ocuparon también parte del discurso.

“Nuestros derechos y libertades, empezando por la vida, no pueden ser violados y amenazados por profesionales del terror, por lo que debemos seguir luchando para derrotar al terrorismo”, expresó el monarca. Tras apelar una vez más a la unidad, Juan Carlos I felicitó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “por los importantes éxitos alcanzados este año”.

En materia de política exterior, el rey apostó por reforzar el papel internacional de España para “fortalecer posiciones” de cara a la presidencia española de la UE en 2010.

En este sentido, mantuvo que España debe dar “un nuevo impulso a nuestras relaciones con los Estados Unidos”.

Tras destacar la incorporación de la mujer “a todos los ámbitos” y el creciente peso del “español en el mundo como segunda lengua” se refirió a su hijo. Lo hizo en el momento en el que mostraba su compromiso de “seguir sirviendo con la mayor ilusión y dedicación a España”. “Un compromiso y unos sentimientos que el Príncipe de Asturias comparte plenamente conmigo y que tienen en él la mejor garantía de porvenir”.

Estas palabras se producen casi un año después de que el monarca cumpliera 70 años y se pusiera sobre la mesa el debate sobre la sucesión en la Corona. Y días después de que Joan Tardà cerrara un acto de las juventudes de Esquerra al grito de “Muerte al Borbón”.

 

Precedentes polémicos: el rey indignó a los nacionalistas en varias ocasiones

1999. El rey omite la tregua de ETA

Los nacionalistas lamentaron en la navidad de 1999 que el rey no se refiriera a la ruptura de la tregua que ETA acababa de anunciar en noviembre. Juan Carlos de Borbón prefirió centrarse en la unidad de los demócratas frente al terrorismo. PP, PSOE e IU compartieron el llamamiento real.

2001. ERC reclama el catalán

Josep Lluis Carod Rovira llamó la atención sobre la ausencia en el discurso del rey de ninguna referencia a la realidad plurilingüistica española durante el año Internacional de las lenguas. El PNV, por su parte, se centró en la condena del monarca a "quienes justifican" la violencia de ETA. Según Iñaki Anasagasti, el mensaje seguía al pie de la letra "la argumentación del Gobierno" al respecto.

2002. Continuista con el PP

En 2002, fue Ezker Batua el que protagonizó las críticas contra el mensaje navideño. Uno de sus parlamentarios en el País Vasco, Antton Karrera, lamentó que el rey defendiera la Constitución de forma literal cuando "no ha resuelto los problemas que tiene con los distintos pueblos que componen el Estado español". Según Karrera, significaba un mensaje continuista respecto a la política del PP.

2004. "Unión de España"

En su discurso de hace cuatro años, Juan Carlos de Borbón aseguró que preservaría la "uniónsolidaria de las diversas tierras de España". Como era de esperar, los nacionalistas no tardaron en reaccionar. Iñaki Anasagasti corrigió al rey: "La unión no es algo que pueda imponerse".

2006. "El deber" contra ETA

En uno de los momentos de mayor crispación entre los dos grandes partidos, el rey recordó "el deber" de todos de luchar juntos contra el terrorismo. Tanto el PSOE como el PP asumieron el discurso, pero culparon a su rival de los desencuentros.

2007. Nuevo mensaje de unidad

De nuevo, Juan Carlos de Borbón reclamó unidad para luchar contra ETA. Introdujo además una novedad: condenó los malos tratos a las mujeres.