Máquinas de tabaco que reconocen a los menores
Una empresa nipona saca al mercado un dispensador que puede distinguir si el comprador es o no un menor de edad

El dispensador de tabaco.
En Japón prefieren usar la tecnología antes que las leyes a la hora de impedir que los menores de edad compren tabaco en las máquinas expendedoras. Una empresa que fabrica dispensadores de este tipo saca hoy a la venta uno capaz de distinguir si el comprador es o no un menor de edad.
La máquina tiene un botón que hay que pulsar antes de solicitar los cigarrillos. Al presionarlo se activa un sistema de reconocimiento facial. En la parte superior del dispensador hay una cámara y, en tres segundos, sabe si el comprador es adulto o no. Para establecer la edad, el sistema analiza la estructura ósea de la cara, las arrugas y la tersura o flacidez de la piel.
Según los ensayos realizados por la empresa fabricante, Fujitaka, con 500 personas de entre 10 y 69 años, el porcentaje de acierto en descubrir que el comprador tiene más de 20 años, la mayoría de edad legal en Japón, es del 90%. En los casos de duda, el cliente tiene la opción de insertar su carné de conducir para que la máquina le entregue el tabaco. Lo que hace en este caso es escanear la foto del documento y compararla con la que ha tomado antes.
Un portavoz de la compañía declaró a un periódico japonés que el sistema también sirve para facilitar la compra de sus cigarrillos a los ancianos que no se manejen con las tarjetas. A partir de 2008 todas las máquinas expendedoras llevarán un lector de tarjetas.