Se abre la primera fosa tras la inhibición de Garzón
La localidad leonesa de El Bierzo ha presentado la primera solicitud para abrir una fosa tramitada por un juzgado territorial, tal y como estableció Garzón que debía hacerse tras inhibirse de la causa judicial

EFE - Desaparecidos en el franquismo.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha iniciado hoy en la comarca de El Bierzo (León) la exhumación de restos mortales en una fosa de la Guerra Civil, tras presentar la primera solicitud ante un Juzgado que se realiza en España tras inhibirse el juez Garzón.
Según ha informado la ARMH, la solicitud ante un Juzgado de Instrucción de Ponferrada (León) es la primera que se ha presentado "tras la inhibición, la pasada semana, del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la causa que instruía, dirigiendo ésta hacia varios juzgados territoriales".
La fosa común en la que está trabajando la ARMH se encuentra junto a la antigua carretera Nacional VI, entre las localidades de Camponaraya y Magaz de Abajo (León).
El colectivo dispone de datos que determinan que en ese lugar están enterradas al menos tres personas pertenecientes a un grupo de once que fueron asesinadas en la zona el 23 de septiembre de 1936.
Dos fosas, once víctimas
Es la primera solicitud desde la inhibición del juez Garzón
Las víctimas fueron enterradas en dos fosas, una a cada lado de la carretera, y la más grande de ellas fue destruida hace décadas en el transcurso de unas obras de ampliación de la calzada. Los restos que quedaron ya fueron exhumados por la ARMH el pasado verano y están pendientes de identificar, en espera de que se abriera la segunda fosa.
Por ello, según un comunicado de este colectivo, "las identidades de las víctimas enterradas en esta última no se conocerán hasta que no finalicen los trabajos de identificación en el laboratorio". Aunque la ARMH conoce las identidades de diez de las once víctimas, ya que se trata de vecinos de varias localidades bercianas.
Los trabajos de exhumación serán dirigidos por el arqueólogo René Pacheco y los de identificación por la antropóloga forense Roxana Ferllini.