«Un grupo de células no es una vida»
Investiga cómo los genes controlan el desarrollo del embrión y la regeneración de tejidos

Manu Fernández - Juan Carlos Izpisúa, durante la entrevista en Barcelona.
Pasan los años, y la polémica sobre las células madre embrionarias sigue sin apagarse… ¿Se podrá superar algún día?
Hay polémica en la sociedad, pero no en los laboratorios, entre los científicos. La investigación tanto con células madre adultas como embrionarias sólo puede ir de la mano. Hace muy poco tiempo se ha podido comprobar cómo un experimento puede transformar una célula adulta en una embrionaria, y eso ha surgido del conocimiento, del estudio de las células embrionarias. Separar las dos en el laboratorio no tiene sentido. Además, cuando algo funciona, deja de ser motivo de discusión dialéctica o filosófica y todo el mundo lo quiere usar. El caso de la fertilización in vitro causó una discusión similar a finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX. Cuando se demostró que es un procedimiento que puede ayudar a muchísimas parejas, ha dejado de ser un tema de discusión; se hace en la mayoría de los países del mundo.
Parece que el problema radica en la definición de qué consideramos un embrión…
Trabajar con células madre embrionarias es trabajar con un número reducido de de células, que no son un embrión, no son una vida, son un grupito de células. Parece que experimentar con células madre embrionarias inmediatamente implica que se está destruyendo una vida humana, un embrión que está congelado y podría llegar a ser una vida humana. Quizás para entendernos mejor imaginemos a una persona que esté en una clínica de fertilización in vitro junto con un tanque de 1.000 embriones y un niño de tres años. ¿A quién cogería si hay un fuego en la clínica y tuviera que salir corriendo, al niño o al tanque de embriones? Si realmente fueran seres humanos los 1.000 embriones, no hay duda, se llevaría el tanque, pero creo que todos nos llevaríamos al niño.
¿Cuándo podemos considerar que hablamos de un ser humano?
Es fácil; es algo que siente, cuando hay un sistema nervioso. ¿En qué nos diferenciamos de los animales? En nuestro cerebro, en la conciencia que tenemos de nosotros mismos. Pongamos esa definición de ser humano cuando aparece el sistema nervioso, en el desarrollo embrionario ocurre a las varias semanas, mientras que estas células se obtienen apenas tres o cuatro días después de la fertilización. Hablamos de un pequeño número de células, y en ese momento las celulas ni sienten, ni piensan, ni tan siquiera tienen sistema nervioso.
En los últimos tiempos han tenido lugar numerosos avances con células adultas. ¿La visibilidad de estos ensayos hace pensar que está más avanzada la investigación con estas células?
Desconocemos si todos nuestros órganos adultos tienen células madre. Se han aislado en algunos órganos. Se está avanzando bastante, y estoy convencido de que va a ser de una utilidad clínica tremenda. Muchas veces no se necesitará en absoluto de las células embrionarias, pero hay que ser muy conscientes de que es muy difícil que una célula que va a dar lugar a hígado dé lugar a corazón; su capacidad de diferenciación es limitada y habrá situaciones en las que necesitemos una mayor capacidad de diferenciación. Aunque también soy un partidario fervoroso de las células madre adultas, y el hecho de que se avance en un campo no descarta que se avance en el otro. Además, para poder estudiar las embrionarias, que tienen mucha mayor capacidad de diferenciación, nos va a ayudar mucho a entender las adultas.
¿Cuándo podrán tener las células embrionarias una aplicación clínica?
Sabemos tan poco que sería iluso pensar que a la vuelta de la esquina se va a curar cualquier enfermedad degenerativa mediante el uso de células madre embrionarias o adultas; es generar esperanzas inapropiadas y falsas. Ahora bien, eso no indica que no tengamos que trabajar todos los días porque la potencialidad está ahí, esas células pueden diferenciarse en cualquier tejido.
¿Cuál es ahora el principal problema al que se enfrentan los investigadores en este campo?
El problema fundamental es cómo decirle a una célula en el laboratorio que haga corazón o tejido nervioso o pancreático. Aunque en esto se avanza bien y rápido, después hay que introducir las células en el organismo y hacer posible ese encaje, que esa célula en el nicho apropiado instruya a las demás sobre lo que tienen que hacer, que se quede allí, que no se muera, que no genere algo que no queremos. Hay que evitar la proliferación incontrolada, y también el rechazo inmunitario. Esos van a ser los dos caballos de batalla más importantes, y van a llevar tiempo.
¿Existe alguna alternativa para abordar esta problemática?
Una vía alternativa puede ser la regeneración natural que se da en ciertos animales; se les puede inducir a que regeneren sin hacerles ningún injerto de células exteriores. Es fascinante cómo un animal puede entender cuando se le amputa un dedo que sólo tiene que hacer un dedo del mismo tamaño, con unas coordenadas espaciales y una funcionalidad. ¿Por qué no hace el dedo de al lado, o uno más corto?
¿Cuál es el estado de sus investigaciones en este sentido?
Usamos ajolote mexicano y pez cebra, y hace unos meses hemos aplicado los resultados al pollo, un animal vertebrado superior que al igual que los humanos no regenera. Hemos tratado de inducir la regeneración introduciendo determinados genes, y hemos logrado conseguir la regeneración de una extremidad en un embrión de pollo, lo que supone un resultado espectacular porque indica que esa capacidad de regeneración existe, aunque no se realiza normalmente. Se trata de entender el mecanismo más en detalle para forzarlo a que ocurra. Aquello de que no nos regeneramos quizás habría que revisarlo en los libros de texto. Es verdad que no nos regeneramos, pero la capacidad está presente; ¿por qué durante la evolución la capacidad se ha restringido? No lo sabemos.
Hace poco se desató una polémica por el uso de ‘embriones híbridos’. ¿Está justificada?
Nos topamos de nuevo con el concepto de vida humana. En este caso tratar de hacer la transferencia de un núcleo de una célula adulta a una embrionaria conlleva que podríamos estar generando un clon del individuo que ha aportado esa célula adulta, y eso genera una controversia lógica. Pero hay que diferenciar entre crear un ser humano y crear unas cuentas células; no es un ser humano. Sin clonación se ha demostrado que usando cuatro genes podemos hacer que una célula adulta dé lugar a células embrionarias que si fueran implantadas darían lugar a un embrión, pero como no lo hacemos. Estaríamos trabajando con unas células y no intentamos crear ningún embrion ni mucho menos organismo vivo
¿Por qué se recurre a animales en este caso?
Tenemos que trabajar con el ser humano para abordar el problema del rechazo. Tenemos que implantar células que no causen ese rechazo, y qué mejor que células del propio organismo. Eso implica material humano, que no siempre es accesible ni fácil de conseguir. Conseguir ovocitos es doloroso, no puedes conseguir los que quieras para repetir el experimento, técnicamente es difícil; de ahí que se pensó en usar como huésped animales, como una vaca para generar unas células. El ovocito de vaca es simplemente el receptáculo donde ponemos la célula humana que permite que se hagan unas cuantas divisiones y ya tenemos células humanas para poder trabajar. Es una herramienta tecnológica pero en ningún momento estamos generando un animal que piense.
¿Tiene algún proyecto en marcha que utilice estos procedimientos?
Ahora estamos finalizando la escritura de un proyecto en el que vamos a proponer el uso de vacas para proporcionar el ovocito huésped y también la transferencia nuclear humana. Lo presentaremos para su aprobación antes de fin de año y confiamos en que todo vaya adelante, ya que este supuesto está dentro de la Ley de Biomedicina.
¿Qué opinión le merece el actual marco legal en España en materia de investigación?
Es excelente; yo aquí no establecería una diferencia política porque en todo momento he visto un afán y ganas de que esto salga adelante. Tanto el anterior Gobierno como éste están ayudando muchísimo a que haya un marco legal para garantizar cualquier experimento que se nos ocurre a los científicos sólo se haga realmente con las condiciones en las que la sociedad esté de acuerdo.
Si tuviera que decidir entre depositar el cordón umbilical de su hijo en un banco público o en uno público, ¿qué haría?
Nadie sabe qué va a pasar, pero es cierto que están empezando a aparecer resultados en los que a partir de células madre presentes en el cordón se pueden obtener diversos tejidos. Aunque ahora mismo no tenemos todos los datos que nos digan que va a ser un material excelente, con el tiempo es posible que sea una fuente fácil y asequible para el desarrollo de células madre. En cuanto al tema privado-público, me es difícil opinar. Ahora mismo es difícil encontrar ejemplos en los que se puedan utilizar las células del cordón para uno mismo. En cambio, el tener un banco público que cubra un amplio abanico de la población en cuanto al rechazo inmunológico puede servir a muchas otras personas. En el caso de los privados una solución intermedia seria el dual banking, dividir en dos ese cordón.
¿Pero la cantidad de células sería suficiente?
Ese es un tema muy interesante. Con la tecnología actual, no, pero eso no quiere decir que dentro de un año lo podamos hacer.
Alguna vez ha hablado de la longevidad, y de que en el futuro el ser humano podrá vivir muchos más años. ¿Es ciencia ficción?
Si nos remontamos hace tan sólo 100 años atrás, sería ciencia ficción pensar que la vida media de un español iba a ser de unos 80; la vida media era de alrededor de los 40 años. Pero se están haciendo experimentos que demuestran que alteraciones en determinadas vías genéticas son capaces de duplicar la vida de un gusano o una mosca. Y eso es modificando sólo la actividad de un determinado gen. No cabe duda de que en unos cuantos años más, poco a poco, se van a ir consiguiendo avances. Yo estoy convencido de que alargaremos nuestra vida simplemente con pautas de prevención de enfermedades, aunque no sé hasta cuándo. Es verdad que una célula madre en una placa Petri se divide y se divide y no se muere. También es verdad que se mantienen en condiciones ideales, está a gusto y no se muere. En el caso del ser humano no son equiparables las condiciones.
¿Se plantea volver a residir en España?
Lo importante es la manera de hacer ciencia es establecer conexiones y colaboraciones con otros grupos. En nuestro caso trabajamos con quizás la región el mundo que se ha volcado más con las células madre, que es California. La cantidad de investigadores que están mudando sus laboratorios a California es inmensa y el núcleo de investigación es realmente extraordinario. Sería de desear que desde España formáramos colaboraciones, y en este caso lo tenemos, y sería contraproducente dejarlo, no tiene sentido. Donde esté yo es lo de menos, al fin y al cabo soy el menos importante a la hora de obtener el resultado.