efe - La ministra Chacón, antes de su comparecencia.

"Hay que reorientar nuestra acción en Afganistán". Contundente, la ministra de Defensa, Carme Chacón abogó ayer en el Congreso por revisar la estrategia que la misión internacional sigue en el país asiático. El plan, que, aseguró, "España promueve junto con otros países", se basa en transferir cada vez más responsabilidades a las autoridades afganas, una línea en la que ya se trabaja desde algún tiempo. El objetivo es que el Gobierno sea capaz de "resistir por sí sólo a la presión de la insurgencia". En 2010, su Ejército debería contar con 122.000 hombres que actúen de forma independiente.

Este primer paso también debe forzar a las autoridades locales a asumir nuevas competencias, como el control del narcotráfico y la lucha contra la corrupción. En este objetivo debe existir también un compromiso de los países vecinos, principalmente Pakistán, en la estabilización del país.

Bajas civiles

El planteamiento obligaba a la autocrítica. Chacón reconoció que existían errores que enmendar. Se detuvo especialmente en las bajas civiles en ataques de la aviación norteamericana. Es imprescindible evitarlas, reconoció. Como "imperativo moral", pero también como "meta operativa" ligada al apoyo de la población. En este sentido, recalcó que es necesaria la colaboración entre la misión internacional ISAF y la de Libertad Duradera, liderada por EEUU.

Tampoco puso paños calientes sobre la situación de la zona. Chacón dibujó un país sumido en "una situación de violencia terrorista generalizada". Reivindicó la misión de la ONU en sus tres aspectos: estabilización, desarrollo y reconstrucción. "La misión de paz no es incompatible con un escenario bélico", defendió.

Precisamente por este motivo, varios grupos hablaron abiertamente del aumento de la presencia española. Como había hecho otras ocasiones, Chacón remitió a la revisión de la actual estrategia antes de tomar ninguna decisión.

La ministra dejó también una buena noticia. Los servicios de inteligencia españoles han identificado al suicida que causó dos muertos en el atentado de hace dos semanas y localizado al grupo que le daba cobertura. Pese a las bajas, la ministra abogó por mantener la misión. Lo contrario, aseguró, sería servir el país en bandeja a los talibanes y un salto en la violación de derechos humanos y el terrorismo internacional.

"De esta misión depende la seguridad en el mundo", dijo. Dos grupos, BNG e IU, se negaron a aceptar este último razonamiento y volvieron a solicitar la retirada progresiva de Afganistán. La misión de la ONU ha acabado por confundirse con la guerra personal de EEUU en el país, dijeron.