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Jueves, 15 de Noviembre de 2007

"Txeroki" ordenó la campaña de atentados del día de la Constitución de 2004

EFE ·15/11/2007 - 16:30h

EFE - El etarra Carmelo Laucirica, en la Audiencia Nacional, donde se le juzga por la colocación de tres artefactos explosivos en otras tantas cafeterías de Santillana del Mar (Cantabria), León y Ávila el 6 de diciembre de 2004.

El etarra Carmelo Laucirica, a quien se ha comenzado hoy a juzgar por la colocación de cuatro bombas en Santillana del Mar (Cantabria), Valladolid, Ávila y León el 6 de diciembre de 2004, aseguró a la Policía que esta campaña fue ordenada por Mikel Garikoitz Aspiazu, "Txeroki".

Así se ha puesto de manifiesto en la sesión celebrada esta mañana en la Audiencia Nacional, en la que ante la negativa de Laucirica a declarar se han leído las declaraciones que este prestó ante la Policía cuando fue detenido en marzo de 2005.

El acusado, que como en ocasiones anteriores se ha limitado a decir que está "orgulloso" de ser militante de ETA, manifestó entonces que "Txeroki" ordenó la campaña, consistente en colocar cuatro artefactos explosivos -que explotaron el 6 de diciembre- en establecimientos cuyo nombre tuviera relación con la Constitución Española o con la palabra España.

Para llevar a cabo esta campaña, meses antes "Txeroki" entregó el material necesario al acusado y a otro miembro del "comando Ina", integrado en el "comando Donosti" de ETA, tras lo que el dirigente etarra llevo a los dos colaboradores "con los ojos tapados" hasta Perpignan, donde les recogió otra persona que les llevó a Port Bou para que comenzaran desde allí su recorrido por España.

Laucirica relató que se dirigió a varias localidades españolas para obtener la información solicitada por "Txeroki" acerca de posibles objetivos, que finalmente fueron tres cafeterías y un aparcamiento de las mencionadas localidades y que explosionaron el día fijado, después de que el etarra avisara al diario Gara mediante una llamada desde Burgos.

Hoy también han testificado los propietarios de las cafeterías afectadas, que han afirmado que ya recibieron las indemnizaciones por los desperfectos causados, así como testigos presenciales de la explosión de Santillana del Mar, que sufrieron sordera durante unos días por la onda expansiva de la explosión.