Rasmussen unirá a todo el centroderecha en un pacto para la estabilidad del Gobierno danés

EFE - El primer ministro danés y líder del Partido Liberal, Anders Fogh Rasmussen (d) y su mujer Anne-Mette votan en un colegio electoral de Naerum a unos 15 kilómetros al norte de Copenhague, Dinamarca, ayer.
El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, mostró hoy su intención de lograr un pacto amplio que respalde a su Gobierno liberal-conservador, ganador ayer de las elecciones generales en Dinamarca, que incluya además de la ultraderecha a la centrista Nueva Alianza.
Rasmussen acudió hoy al palacio real de Amalienborg para informar a la reina Margarita de la continuidad de gobierno, ya que cuenta con el apoyo del escaño del feroés Partido de la Colaboración, que le garantiza los 90 mandatos necesarios para la mayoría absoluta.
El líder liberal, el primero de este partido que gana tres elecciones seguidas, evitó de este modo la dimisión del Gobierno para someterse a una ronda de consultas de todos los partidos con la reina, la exigencia que durante toda la campaña había presentado Nueva Alianza para impulsar un nuevo pacto desde cero.
El objetivo de este partido, creado hace apenas 6 meses y articulado en torno a la figura del popular parlamentario de origen sirio Naser Khader, era ser el "árbitro" de la política danesa y restarle influencia al ultraderechista Partido Popular Danés, cuyos votos han garantizado la mayoría del Gobierno desde 2001.
Pero Khader y su formación se han hundido durante la campaña y sus cinco escaños no serán decisivos para Rasmussen, aunque éste ha resaltado su intención de incluirlo en las negociaciones para un pacto "amplio", más estable que la ajustada mayoría de 90 mandatos.
Rasmussen deberá no obstante sacar a relucir su experiencia política para lograr conciliar las posturas enfrentadas en materia fiscal y de inmigración de Nueva Alianza y el Partido Popular, cuyos líderes sienten además una conocida animadversión mutua.
"No digo que vaya a ser fácil, pero así son las negociaciones. Debemos hacer el máximo para encontrar soluciones prácticas. Confío y creo que será posible", declaró hoy Rasmussen, quien aclaró que ni los centristas ni la ultraderecha formarán parte del Gobierno.
Las palabras del dirigente liberal responden a su deseo, expresado ya anoche tras confirmarse su triunfo, de abandonar la política de bloques de los últimos años y acercarse al centro para lograr un pacto lo más amplio posible, obligado también por la pérdida de apoyos del bloque de derecha.
Pese a su gran victoria, que es ante todo un espaldarazo a su gestión y sus dotes como político, Rasmussen no ha podido evitar que el Partido Liberal mantenga la línea descendente iniciada en 2005 y que le ha llevado a ceder esta vez 6 escaños.
De ahí que algunos periódicos especulen hoy con que este será su último período en el poder y que nombrará un sucesor a mitad de la legislatura para luego optar a un cargo de alto nivel dentro de la UE, para el que ya ha sonado antes.
Por su parte, la oposición tiene pocos motivos para la alegría, porque a pesar de que nunca ha aparecido tan unida como ahora en torno a un líder, la socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, no ha mejorado los 81 escaños logrados en 2005 y ha quedado lejos de ser una amenaza real para el Gobierno.
Thorning-Schmidt ha realizado una campaña notable, pero su defensa del estado del bienestar y su giro al centro no han convencido a un electorado que entre dos programas similares ha confiado en un Gobierno avalado por sus éxitos económicos.
Tampoco ha podido evitar Thorning-Schmidt que su partido, que tradicionalmente había dominado la política danesa, pierda unas elecciones por tercera vez seguida y siga la sangría de votos.
El gran triunfador en la izquierda es el Partido Socialista Popular, que con sus 23 escaños es la cuarta fuerza y recupera el protagonismo cedido en la última década, en buena medida por el carisma de su nuevo líder, Villy Søvndal.
Tanto el Partido Radical Liberal, que ha acusado la salida de Khader y otros nombres importantes para crear Nueva Alianza y ha perdido casi la mitad de sus mandatos, como la coalición "rojiverde" Lista Única, que pasa de 6 a 4, han salido tocados.
Como ocurrió en 1998, los escaños de los territorios autónomos de Groenlandia y las Islas Feroe, que se reparten 4 a partes iguales, vuelven a jugar un papel importante, aunque esta vez no a favor del Partido Socialdemócrata, sino del Liberal.